En
la primera ventana de atención al público le preguntaron mientras
veían su documentación y comparaban con su persona.
__
Que necesita usted señor, quien le manda, a que se debe su visita y
prestó atención para escuchar la respuesta a todo lo que había
requerido.
__
Vengo de la mortuoria de Marina, Los Mossos, me llamaron la otra
noche, diciendo que una familiar, la encontraron cadáver y está
pendiente que la reconozcamos y a eso venía.
__
¿Le han hecho autopsia? Los Forenses, ¿ cuando la encontraron?
__
No tengo idea, vengo de donde le digo, aunque la verdad es que la
Brigada, me dijeron que estaba esperando en Marina, sin embargo; los
empleados de Sancho de Ávila, han negado esa posibilidad y me envían
hacia aquí, sin más preparación.
Aquella
mujer policía, se levantó de su asiento y se ausentó yendo a la
parte anterior, donde estaban todos los requisitos y mandos para
preguntar por ese condicionante.
No
tardó nada en salir, y con un movimiento de cabeza expresivo
queriendo decir, __“La han cagado los de la Morgue”. Lo observó
con algo de pena y le conminó, con sus grandes ojos, que la mitad de
los humanos hacemos mal o a medias nuestro trabajo.
__
Vamos a ver señor__ preguntó la agente. Su familiar era una
indigente,
o murió fuera de su domicilio, en una situación de violencia o
fuerza no natural, que tuviera que intervenir la policía local, o
participó en alguna reyerta donde le dieron muerte, y ¿quedó sin
identificación posible?
__
No, para nada. La hallaron tras haber permanecido muerta durante mas
de cuarenta días en su lecho. Eso es lo que ha redactado el forense
en su pliego de trabajo.
__
Pues me temo que habrá de volver al mismo lugar de donde viene__.
Afirmó
con toda seguridad, antes de despedirse y le comunicó con mucha
educación y diligencia__
Espere un
segundo,
si es tan amable que haré una llamada de teléfono, para conformar
esa certidumbre.
Siguió
diciendo la mujer
policía de
la cabellera roja,
mientras marcaba un número de la Comandancia y
le conformaba acertivamente__
No es normal, que esté aquí habiendo fallecido en su domicilio,
documentada y habiendo intervenido el Juez de Guardia, lo veo
descabellado, pero creo que le han engañado. Hay
mucha gente que no aprenderá jamás__ siguió diciendo__ Aquí
solo llegan los cuerpos que encuentran abandonados en la calle, o son
accidentados de tráfico sin
el responsable de la causa,
por
muertes violentas, con
sobre dosis, crímenes salvajes.
Al
momento dejó de dirigirse a Edwin para hablar con su comunicante.
__
Oye sargento, el cadáver de una tal Irene Delapeire, que vienen a
reconocer, igual está despistado en Marina, pues mandan al familiar
a nuestras dependencias y ya sabemos que siempre hay jaleos con estas
informaciones.
La
muerta, la encontraron en su propia cama y… __ fue interrumpida por
la voz procedente del teléfono__ Escuchó lo que le comentaban por
línea interna y daba afirmaciones con la cabeza, mirando a Edwin,
como afirmando lo que ya se veía venir.
Al
colgar el teléfono, lo miró y no dijo ni palabra.
Ha
de volver como le dije, y vaya aquí donde le indico. No
se deje convencer por el primer chiquilicuatre de turno, y si es
necesario imponga su verdad__ Mirándole, con cierta piedad le
comenzó a instruir.
__
En los sótanos del edificio, haga hincapié en que no hay estudio
realizado, por haber fallecido de muerte natural y le llevaran ante
ella. Otra cosa es que después de tanto día pueda usted
reconocerla. Estará completamente amomiada.
La
cara de Edwin, reflejaba la totalidad del
cansancio y del terror a enfrentarse con según que imágenes y
consecuencias, derivadas
de la poca profesionalidad de según que personas.
Hubiera
dado por bueno, el doble viaje, si con esas evitara el tener que
personarse frente a la difunda de tantos días, cuando él realmente
la recordaba llena de vida y con el brillo de sus dientes al reír.
Agradeció
el
esfuerzo de la policía nacional, y confiando
en que esa, era la buena, que
aquella sería la definitiva, con un gesto incomplaciente volvió a
la salida, por un portón diferente al que había accedido a las
instalaciones del instituto forense de la Ciudad de la Justicia.
Llovía
con fuerza, el paraguas aguantaba el envite de las gotas y el mojarse
por completo, con ese sonido grave que emite el golpeo del agua al
tropezar con la tela negra. Demostrando lo vigorosas y cargadas que
llegaban desde el cielo.
0 comentarios:
Publicar un comentario