recordando los tiempos y el meneo
que le dabas al cuerpo, pavoneo
demostrando tu flama placentera
Al
llegar a la esquina por la acera
mirabas
talentosa con flirteoansiando descubrir algún tonteo
del joven que por ti se deshiciera
Los años no perdonan son culpables
de sentirnos ahora como estamos
tus cacareos son inapreciables
tu deliciosa llama la olvidamos
ya no ansías ni ves a los amables
Solo queda recuerdo, que abundamos
1 comentarios:
En este momento también me decido a recorrer las calles donde viví mi infancia y adolescencia como en una evocación e invocación los de pasos de mi pasado...
Hoy me hiciste confirmar mi empeño.
Saludos, poeta.
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