Proviene del capítulo anterior:
Fulgencio estaba emocionado con el futuro del nuevo fregado de
bajos. El nuevo quita mierdas del culo. Por su comodidad, por su eficacia y
sobre todo por la garantía que ofrece el sistema tras una urgencia orgánica.
La indemnidad que supone realizar estas labores fuera de casa,
con la suficiente calma de quedar nítido y pulcro, sin manchas ni olores
abyectos, tras cualquier visita a los
lavabos por una premura inaplazable.
Equipo sanitario al que le daba mucho futuro, desde los estudios
de mercado que había realizado la Schissen Lecker; porque proporciona comodidad
y privilegio al tener que realizar esas labores tan íntimas, muy a menudo fuera
de tu ámbito y en el momento más inoportuno.
Para Fulgencio era un producto estrella, porque le redundaría
pingües beneficios en el momento de su comercialización, en su país de
procedencia y en todos aquellos a los que llevara este moderno retrete para su
mercadeo.
Asimismo, y al margen de otras ganancias, la notoriedad que le
ofrecía para entrar en otros terrenos productivos más discretos y con mejores
perspectivas de mercado. Sin contar con el baremo implícito en comisiones,
tan suculento y favorable que daba la
Schissen Lecker a sus delegados y representantes oficiales fuera de Alemania.
Añadidos a otros servicios y contratos de negocio derivados del
mismo, como son: las instalaciones de fontanería necesarias para su colocación
en hogares y demás centros repartidos por la ciudad. Puestas en funcionamiento,
mantenimiento y reparación, gestiones y demandas para disímiles lugares,
garantías y promociones diversas y solución de averías.
Mercado ampliamente significativo, contando con hoteles,
domicilios públicos, oficinas, hospitales, cuarteles generales, aeropuertos, y
demás lugares que son del conocimiento de todo aquel que en algún momento corre
para no descomerse encima.
Contando con ese subidón de energías, tras haber probado el
artilugio y auto convencido de la versatilidad del equipo higiénico y previa
insinuación hecha antes incluso de partir hacia Nicaragua, Don Fulgencio estaba
disfrutado de la llegada aquel mismo día desde Tacna; de su esposa la señora
Glenda Romero y de su ingénita secretaria, la dinamista Rosalía, que deseando
estaban además; en probar directamente el milagroso ingenio. Incluso antes de
que este fuera comercializado en Perú y dado que ambas damas ya conocían, lo
benefactor y lo cachondo del lavatorio vaginal, quisieron estar presente en la
demo que se celebraba en la ciudad más antigua de Centroamérica.
Tanta propaganda, tan milagrosa experiencia y el súper
privilegio de lavarse los genitales y el ano, las hacía felices.
Con esas palpaciones de agrado erótico extraordinario, que
ofrecía el lavatorio y por oídas hasta la saciedad, conocían de boca del
comercial y acompañante en el último retorno que hicieron en viaje desde
Europa, del ínclito Ángel de la Rosa, presumiendo que aquel acto, además de
vistoso sería absolutamente sexual y atrayente.
Un Ángel vendedor de humo, que las había seducido y deslumbrado
en su momento y que por ello decidieron ambas viajar a Managua a lavarse esos
lugares de la entre pierna, aprovechando además la insistente invitación por
parte de Fulgencio, en recorrer la ciudad de los volcanes y lagos.
Viaje que hicieron con mucho agrado, llegando a tiempo para
vivir la exposición y no perder la oportunidad de conocer asimismo, a tanto
personaje guapo e interesante en la distinguida sociedad Managüense. Además de
gozar de todas las venturas implícitas en esos días de asueto, ayudar a su
señor esposo Don Fulgencio, por si acaso las necesitaba para acabar de rematar
alguno de esos negocios redondos, que se firman entre sábanas; desnudas sobre
un colchón o dando alguna de esas friegas que ellas ejercían sobre ciertos
miembros, para vitalizarlos como simulando muy de lejos al nuevo wáter.
Servicios que solían ejercer en pro de los esfuerzos y facturación de
Fulgencio.
Los jefes de la delegación hasta allí desplazados Don Natalio,
Anguela Kronen Müller, y su esposo Jürgen Otto, todos ellos responsables de
producto. Estaban ufanos y viviendo unas fechas divinas. Por lo de inusual en
sus vidas.
El primero de la nombradía. Natalio Rupérez, Jefe de
distribución en España, desde la sede de fabricación en Zaragoza.
Seguido por La frau _
señora en alemán _ Doña Anguela Kronen Müller, delegada para Europa de
producto y; el jefe de Ventas, el más alemán de ellos, ya disfrutaban del
ponche, de la música y del clima de Nicaragua; así como de su cocina y de sus
atractivos siempre generosos por ser tierra de gentes muy honradas y agradables.
Pertrechados y al loro, hacían las veces de tutores del
melodrama que se le quería dar al acto y orgullosos estaban sentados en lugares
preferentes, protagonizando como gerifaltes de la empresa expositora y garantes
de todo lo que allí se disgregara.
Tampoco podían faltar en el acto reseñado Elvira Martínez
Rastrojo la modelo de ropa interior femenina y Ariel Petrowsky el licenciado de
Alcañiz, que acompañaba a la señorita. Ambos procedentes de Costa Rica, y muy
interesados del transcurso de la demostración, por no haber podido disfrutar
Elvira de la promoción en San José, al estar luciendo cuerpo y ropa interior en
un evento en la ciudad de Cartago, mientras se daba aquel acto. Petrowsky le
hacía de acompañante, aprovechando un permiso en su embajada.
El día había amanecido muy triste, no lucía el sol extrañamente
en aquellas latitudes pero el ánimo no decaía gracias a la maestría de Manuel
García de la Serrana, vendedor de la Schissen Lecker que defendía la plaza de
Managua, para la puesta de largo del innovador ingenio de la técnica, para con
la higiene íntima, el curioso y cósmico lavaculos.
A su vez por parte del departamento de relaciones públicas de la
Schissen Lecker, se había procedido a la invitación al acto de muchas
personalidades de Managua, políticas, comerciales, y destacadas personas de
cualquiera de los ámbitos de la ciudad, todo dispuesto desde hacía bastantes
fechas, para que nadie se diera por olvidado y que todos ellos, pudieran
ajustar sus agendas y presentarse al espectáculo en la zona comercial del Gallo
más Gallo, de la capital Nica.
En primer lugar estaba citado e invitado, el director del
complejo comercial Bello Horizonte, en la rotonda que le da también nombre al
centro de servicio: Un área amplia de mercados y franquicias de marcas
mundiales, componían aquella superficie en: Bello Horizonte, cerca de donde se
encuentra uno de los muchos establecimientos del Gallo más Gallo.
Su director y presidente el licenciado Don Ambrosio Guzmán
Fernández y su séquito administrativo. Directivos de empresas instaladoras y
los responsables de producto de los fabricantes de accesorios higiénicos,
delegados de compañías punteras como: Servicios de Higiene y Seguridad del
trabajo SERPER en Managua. Ocupaban sus respectivos acomodos
Fabricantes del nuevo papel higiénico de la marca Encanto,
empresa reconocida por su efectividad en la distribución de productos y por la
calidad que llevan sus elaborados. Patrocinio que se conoce en toda América
Central: Jamás se desgarra el tisú cuando
te friegas el ano.
E responsable de la ley General de Higiene y Seguridad del
Trabajo del propio país, Don Prudencio Navales del Prado, legislativo del
gobierno de Nicaragua. Gran conocedor del mercado europeo de la Desinfección y
vicedirector del: Tajo Británico en Honduras.
El director y fundador de Quiminsa. Don Amalio Magullón Angulo y
sus secretarios.
El licenciado en Harward: Doctor Froilán Maeztu. Responsable del
gobierno en prototipos químicos para la industria, y consejero adjunto de
varias empresas de capital estadounidense.
El ejecutivo principal de Diinsa, Don Dionisio Millán Isús;
empresa encargada de la neutralización de malos olores. Sentados esperaban
también el gran jefe de American Standard en el país, y apoderado de la empresa
que fabrica inodoros, bidets, lavamanos y sanitarios, Don Eutiquio Lázaro
García.
1 comentarios:
Horacio Lino Santoyo
4 de diciembre a las 2:31
CON SU VENIA Emilio Moreno Me gustan esos detalles Como recabar en tu pena Y en renovar tú sueño Lo mismo y en es Los helados de nuez Y vainilla como en un sueño Y como bien lo haces Entre el caballero y la dama Anda el vendedor de helados Y entre la ventana y los dos En un sueño por la madrugada Al final de cuentas y en un paseo en la rambla Al final y sin referencia solo te queda Una cita en un restaurant que ronda en la niebla ez
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