El día 21 de diciembre fue la jornada elegida para
reencontrarnos este mes de diciembre del 2015; unos compañeros, ya de muchos
años, copartícipes de trabajo, colegas y comensales con buen talante.
Nos juntamos en fechas señaladas como lo son estas que vamos a
comenzar en breve. Somos amigos de verdad, de esos que a vuela pluma advertimos
la realidad y no nos pensamos los detalles, cuando la situación lo requiere.
Allá que montamos una comida y sentados alrededor de un rioja o
de un buen cava, amén de unos ricos alimentos, dilucidamos aquello que debamos.
El tema no necesita demasiada enjundia, pericia, ni premura. Tan
solo las ganas de hacerlo y de escucharnos por lo menos; por lo menos y bien
digo, una vez al año.
Dejamos que una buena pitanza, nos atraiga frente a una gran y
robusta mesa y con la simple conversación y la compañía de un menú sin
exageraciones, sigamos diciéndonos aquello que sabemos de tantos años.
Incluidas las adulaciones consagradas a hijos y ya; nietos.
La realidad es que llegadas estas fechas, que les llaman de paz
y de felicidad, y así debiera ser en todos los casos, además de todo ello, aprovechando
la Navidad y, durante ya bastante años, nos congregamos como decía antes, alrededor
de un festín y departimos de nuestras alegrías y acrecimientos.
Fuimos en su momento empleados de una gran empresa y pasó
aquello que dice el refrán: El roce da el cariño. Puedo dar fe de ello, en
nuestro caso se cumple.
Tomamos como norma y tradición adoptar ese festejo, el que
perdura año tras año.
Los hay que aún trabajan en la firma_, jóvenes y lozanos, en
edad de producir_ y el resto más canosos, o ya inclusive, con menos pelo en la
cabeza; que en la vagina de la muñeca Chichy; seguimos mereciendo esa sopa de
cangrejo y ese costillar de cabrito, que nos ponen a más de mil por hora.
Seguido de un sin fin de maravillas culinarias que nos van sirviendo
secuencialmente los camareros del Hotel el Castillo de Sant Boi.
Antiguo castillo medieval, precioso y dignamente reformado con
las renovaciones actuales, donde solemos celebrar el magno acontecimiento.
Notamos los más veteranos, que la asistencia, va en aumento y a
la lista se van sumando moceríos que van llegando al departamento.
Los protagonistas de este año fueron, los señores Aurelio, Paco
y Esteban en la delantera, un tridente que ya quisieran los puntas del mejor
equipo mundial, hacer las maniobras y goles de negocios que consiguieron, en su
día y en sus respectivas áreas de trabajo estos citados.
La sabiduría que ellos llamaban el "acknowledge" y los
consejos a granel que repartían a tantos otros empleados y subalternos y tan
gratuitos, sirvieron para hacer sin duda un reguero de trabajo registrado y a
su vez hacer crecer el patrimonio de la empresa. A fin de cuentas la madre; que
nos daba de comer a todos.
Como debe ser en estos respetables caballeros que tributamos
nuestra pleitesía. Sentados a la mesa como en el dibujo de un equipo de futbol.
En la media José Merino y José María Castro el actual
organizador y Trainer General del grupo, el que indica si faltan aceitunas en
la mesa, o sobran motivos para volver a brindar por lo bueno de nuestra
relación. José Merino, prudente y largo en las ventas al por mayor, observa si
a derecha y a la izquierda, las valedoras y merecidas señoras, que estan
haciendo su trabajo de zafa en la defensa
del equipo; Teresa y Sonia, están regulando con sus miradas
inquisitivas, quien se pasa en los estimulantes. A la vez que el a la izquierda es recorrida
con máquina de fotos en mano, y queriendo inmortalizar el encuentro, el
susodicho que les escribe esta crónica y que está encantado con todo lo que
proclama.
En la portería dejamos a Oscar, un oficial y caballero, que en
su día entró como becario al grupo y que poco a poco, se consolida para que en
el futuro sea su persona quien lleve a buen puerto estas reuniones de amigos.
Sin olvidarnos del banquillo reserva, que este año estaba
fortalecido por dos guapas condiscípulas y un universitario resistente.
Dejo fotos y además os pongo algún pasaje de este mismo día en
años pasados.
http://emiliomorenod.blogspot.com.es/2011/12/en-casa-de-cheo.html
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