viernes, 4 de diciembre de 2015

Acuerdos entre sábanas

Proviene del capítulo anterior: 


Fulgencio estaba emocionado con el futuro del nuevo fregado de bajos. El nuevo quita mierdas del culo. Por su comodidad, por su eficacia y sobre todo por la garantía que ofrece el sistema tras una urgencia orgánica.

La indemnidad que supone realizar estas labores fuera de casa, con la suficiente calma de quedar nítido y pulcro, sin manchas ni olores abyectos,  tras cualquier visita a los lavabos por una premura inaplazable.

Equipo sanitario al que le daba mucho futuro, desde los estudios de mercado que había realizado la Schissen Lecker; porque proporciona comodidad y privilegio al tener que realizar esas labores tan íntimas, muy a menudo fuera de tu ámbito y en el momento más inoportuno.
Para Fulgencio era un producto estrella, porque le redundaría pingües beneficios en el momento de su comercialización, en su país de procedencia y en todos aquellos a los que llevara este moderno retrete para su mercadeo.

Asimismo, y al margen de otras ganancias, la notoriedad que le ofrecía para entrar en otros terrenos productivos más discretos y con mejores perspectivas de mercado. Sin contar con el baremo implícito en comisiones, tan  suculento y favorable que daba la Schissen Lecker a sus delegados y representantes oficiales fuera de Alemania.

Añadidos a otros servicios y contratos de negocio derivados del mismo, como son: las instalaciones de fontanería necesarias para su colocación en hogares y demás centros repartidos por la ciudad. Puestas en funcionamiento, mantenimiento y reparación, gestiones y demandas para disímiles lugares, garantías y promociones diversas y solución de averías.
Mercado ampliamente significativo, contando con hoteles, domicilios públicos, oficinas, hospitales, cuarteles generales, aeropuertos, y demás lugares que son del conocimiento de todo aquel que en algún momento corre para no descomerse encima.

Contando con ese subidón de energías, tras haber probado el artilugio y auto convencido de la versatilidad del equipo higiénico y previa insinuación hecha antes incluso de partir hacia Nicaragua, Don Fulgencio estaba disfrutado de la llegada aquel mismo día desde Tacna; de su esposa la señora Glenda Romero y de su ingénita secretaria, la dinamista Rosalía, que deseando estaban además; en probar directamente el milagroso ingenio. Incluso antes de que este fuera comercializado en Perú y dado que ambas damas ya conocían, lo benefactor y lo cachondo del lavatorio vaginal, quisieron estar presente en la demo que se celebraba en la ciudad más antigua de Centroamérica.

Tanta propaganda, tan milagrosa experiencia y el súper privilegio de lavarse los genitales y el ano, las hacía felices.

Con esas palpaciones de agrado erótico extraordinario, que ofrecía el lavatorio y por oídas hasta la saciedad, conocían de boca del comercial y acompañante en el último retorno que hicieron en viaje desde Europa, del ínclito Ángel de la Rosa, presumiendo que aquel acto, además de vistoso sería absolutamente sexual y atrayente.
Un Ángel vendedor de humo, que las había seducido y deslumbrado en su momento y que por ello decidieron ambas viajar a Managua a lavarse esos lugares de la entre pierna, aprovechando además la insistente invitación por parte de Fulgencio, en recorrer la ciudad de los volcanes y lagos.

Viaje que hicieron con mucho agrado, llegando a tiempo para vivir la exposición y no perder la oportunidad de conocer asimismo, a tanto personaje guapo e interesante en la distinguida sociedad Managüense. Además de gozar de todas las venturas implícitas en esos días de asueto, ayudar a su señor esposo Don Fulgencio, por si acaso las necesitaba para acabar de rematar alguno de esos negocios redondos, que se firman entre sábanas; desnudas sobre un colchón o dando alguna de esas friegas que ellas ejercían sobre ciertos miembros, para vitalizarlos como simulando muy de lejos al nuevo wáter. Servicios que solían ejercer en pro de los esfuerzos y facturación de Fulgencio.
Los jefes de la delegación hasta allí desplazados Don Natalio, Anguela Kronen Müller, y su esposo Jürgen Otto, todos ellos responsables de producto. Estaban ufanos y viviendo unas fechas divinas. Por lo de inusual en sus vidas.
El primero de la nombradía. Natalio Rupérez, Jefe de distribución en España, desde la sede de fabricación en Zaragoza.

Seguido por La frau _  señora en alemán _ Doña Anguela Kronen Müller, delegada para Europa de producto y; el jefe de Ventas, el más alemán de ellos, ya disfrutaban del ponche, de la música y del clima de Nicaragua; así como de su cocina y de sus atractivos siempre generosos por ser tierra de gentes muy honradas y agradables.
Pertrechados y al loro, hacían las veces de tutores del melodrama que se le quería dar al acto y orgullosos estaban sentados en lugares preferentes, protagonizando como gerifaltes de la empresa expositora y garantes de todo lo que allí se disgregara.
Tampoco podían faltar en el acto reseñado Elvira Martínez Rastrojo la modelo de ropa interior femenina y Ariel Petrowsky el licenciado de Alcañiz, que acompañaba a la señorita. Ambos procedentes de Costa Rica, y muy interesados del transcurso de la demostración, por no haber podido disfrutar Elvira de la promoción en San José, al estar luciendo cuerpo y ropa interior en un evento en la ciudad de Cartago, mientras se daba aquel acto. Petrowsky le hacía de acompañante, aprovechando un permiso en su embajada.

El día había amanecido muy triste, no lucía el sol extrañamente en aquellas latitudes pero el ánimo no decaía gracias a la maestría de Manuel García de la Serrana, vendedor de la Schissen Lecker que defendía la plaza de Managua, para la puesta de largo del innovador ingenio de la técnica, para con la higiene íntima, el curioso y cósmico lavaculos.
A su vez por parte del departamento de relaciones públicas de la Schissen Lecker, se había procedido a la invitación al acto de muchas personalidades de Managua, políticas, comerciales, y destacadas personas de cualquiera de los ámbitos de la ciudad, todo dispuesto desde hacía bastantes fechas, para que nadie se diera por olvidado y que todos ellos, pudieran ajustar sus agendas y presentarse al espectáculo en la zona comercial del Gallo más Gallo, de la capital Nica.

En primer lugar estaba citado e invitado, el director del complejo comercial Bello Horizonte, en la rotonda que le da también nombre al centro de servicio: Un área amplia de mercados y franquicias de marcas mundiales, componían aquella superficie en: Bello Horizonte, cerca de donde se encuentra uno de los muchos establecimientos del Gallo más Gallo.
Su director y presidente el licenciado Don Ambrosio Guzmán Fernández y su séquito administrativo. Directivos de empresas instaladoras y los responsables de producto de los fabricantes de accesorios higiénicos, delegados de compañías punteras como: Servicios de Higiene y Seguridad del trabajo SERPER en Managua. Ocupaban sus respectivos acomodos
Fabricantes del nuevo papel higiénico de la marca Encanto, empresa reconocida por su efectividad en la distribución de productos y por la calidad que llevan sus elaborados. Patrocinio que se conoce en toda América Central: Jamás se desgarra el tisú cuando te friegas el ano.

E responsable de la ley General de Higiene y Seguridad del Trabajo del propio país, Don Prudencio Navales del Prado, legislativo del gobierno de Nicaragua. Gran conocedor del mercado europeo de la Desinfección y vicedirector del: Tajo Británico en Honduras.
El director y fundador de Quiminsa. Don Amalio Magullón Angulo y sus secretarios.

El licenciado en Harward: Doctor Froilán Maeztu. Responsable del gobierno en prototipos químicos para la industria, y consejero adjunto de varias empresas de capital estadounidense.
El ejecutivo principal de Diinsa, Don Dionisio Millán Isús; empresa encargada de la neutralización de malos olores. Sentados esperaban también el gran jefe de American Standard en el país, y apoderado de la empresa que fabrica inodoros, bidets, lavamanos y sanitarios, Don Eutiquio Lázaro García.




continuará

1 comentarios:

Anónimo dijo...


Horacio Lino Santoyo
4 de diciembre a las 2:31

CON SU VENIA Emilio Moreno Me gustan esos detalles Como recabar en tu pena Y en renovar tú sueño Lo mismo y en es Los helados de nuez Y vainilla como en un sueño Y como bien lo haces Entre el caballero y la dama Anda el vendedor de helados Y entre la ventana y los dos En un sueño por la madrugada Al final de cuentas y en un paseo en la rambla Al final y sin referencia solo te queda Una cita en un restaurant que ronda en la niebla ez

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