Viene del capítulo anterior: El wáter Cósmico, el origen
El vuelo procedente de Madrid con destino al aeropuerto de Juan Santamaría en San José de Costa Rica, llevaba una trayectoria y rumbo ideal, habiendo despegado sin retrasos y sin llevar demasiadas dificultades en la travesía a pesar de las tormentas, que se habían anunciado desde el Instituto Meteorológico español y que en cualquier instante se podían producir, con aquellas previsiones anunciadas. El trayecto de los casi 8500 km entre ciudades, era de unas diez horas y media de vuelo, llegando a alcanzar en pocos minutos los 10.000 pies de altitud (3.048 metros), para poderse desabrochar los cinturones de seguridad, y continuar ascendiendo hasta tomar un nivel de vuelo de crucero, que oscila entre los 20.000 y los 36.000 pies (entre 7.000 y 11.000 metros), y que en un principio todo estaba yendo según previsiones.
La piloto del avión, les había dado la
bienvenida y deseado tuvieran un placentero viaje.
En el Airbus A340, de la empresa
Spanweby Airlines, le tocó viajar en el vuelo SJO502, en la plaza M29, justo en
el pasillo y a media altura del callejón central, entre su asiento y la ventana
había tres sillones más, los cuales fueron ocupados por personas del más amplio
trasgo. En la ventana se acomodó Sor Marianela de las Vírgenes Puras. Una monja
con un pasado ni feliz, ni siquiera decente. Por haber trabajado en la barra
americana del putiferio del famoso:” Labio Vertical “. Local glorioso, donde se
daban citas, los noctámbulos con ganas de sexo y diversiones afrodisiacas.
Marianela, más conocida por María
Manuela, es una madura y convencida ya reverenda madre. Ordenada con todos los
votos habidos y por haber, desde hacía tres años una religiosa devota. Nacida
en Málaga, de padres desconocidos y con cinco hermanos, todos de padre
diferente, la cual había sufrido mucho en su vida popular, y eso le llevó a
profesar los votos de catecúmena en las misiones, después de haber vivido y
probado todos los placeres, transformado su cuerpo por las drogas y placeres
mundanos, haber engañado a casados solteros y viudos, ricos y pobres, graciosos
y energúmenos. Prostituyéndose con hombres y mujeres de todos los gustos,
jóvenes y mayores, y practicando un lesbianismo a la carta, con una
homosexualidad placentera, siendo marioneta de cualquier gusto o apetencia
sexual. Como ella misma decía en sus días de corista: a tope y sin sostén.
María Manuela Pinote, iba de viaje hacia
Costa Rica, en nombre de la Congregación, como postulante y misionera, en pro
de la ayuda de las mujeres aborígenes jóvenes del nuevo mundo, para darles esa
preparación que necesitan las muchachas nativas, enseñanza de cocina,
instrucción sobre higiene íntima y corporal, cultura sobre civilización y sobre
todo religiosidad.
A su izquierda, entre la monja y la
preciosa Elvira, modelo de prendas intimas de la ruta americana y escandinava,
se aposentó un joven licenciado Ariel Petrowsky, un estudioso nacido en Alcañiz
de padres rumanos, para ocupar la vacante que dejaba el agregado cultural de
arte y de historia en San José.
Un aragonés que estará en la capital
Costarricense durante año y medio y que procedente de la Universidad Turolense,
adjunta al Consejo General del Bajo Aragón, gestionará desde América, hasta el
final, un programa de participación en la publicación de una revista que trata
sobre los castillos de Aragón en la Edad Media.
Ariel, hombre delicado y sensible, no
ajetreado en la vida, pronto quedó satisfecho al verse entre la monja y a la
guapa modelo, de la que no quitaba vista al pliegue de su falda y al escote de
su camisilla clara. Ariel, iba a San José, a sustituir al agregado cultural y
comenzar con una nueva colaboración, como asesor e instructor profesor de las
nuevas generaciones de maestros hispanos, con la meta clara de instaurar y
publicitar la vida en la edad media en Europa y en España.
Elvira, quedó acomodada justo entre
Javier el vendedor de sanitarios y el agregado Petrowsky. Esta mujer, modelo de
ropa intima y de detalles sutiles, viajaba a Costa Rica, para participar en la
ciudad de Cartago, en uno de los eventos de la firma: Women's signos incites. Que sería una pasarela de vistosas prendas
transparentes en la gama de fajas, sostenes y bragas de la más femenina y
atrayente mujer. En la nueva colección: “Every body for Women”.
Elvira Martínez Rastrojo, nacida en Badalona,
en el barrio de la Salud, hija de un ferretero y de una dependienta del mercado
de abastos, que cursó estudios becados, en su ciudad natal, llegando a ser
conocida, gracias a la perseverancia de su madre, que la arrastró, obligó y
remolcó de muy jovencita por los castings, referentes a bellezas infantiles y
juveniles, que solicitaban por media Cataluña.
En Barajas al mismo tiempo ya hacia
minutos que había despegado desde la terminal de salidas Internacionales,
Manuel García de la Serrana, con destino hacia Nicaragua, en el vuelo
procedente de Madrid MGA611, y llegada prevista al aeródromo de Augusto César
Sandino en Managua. La capital de la nación. Llevaba un itinerario y rumbo
correcto, habiendo despegado con media hora de retraso, sobre la hora inicial
de partida por la espera de algunos pasajeros de relevancia. En la travesía, a
pesar de las tormentas que se habían anunciado desde la Agencia Estatal de
Meteorología, para todos los vuelos de aquella jornada, no se vislumbraban
efectos tormentosos por el momento, lo cual les hacía un itinerario de lo más
normal.
El trayecto de los casi 8522 km entre
Madrid y Managua, era de unas diez horas y media de vuelo, parecido a la
duración del viaje de su compañero Javier, que iba al país limítrofe y no distaba
en casi diferencia de kilometraje en el viaje desde Madrid.
En el avión que hacía esa ruta, de la
Compañía Spanweby Airlines, son los Jets a reacción que poseen un mejor
desempeño a alturas mayores de entre los 30.000 pies (10.000 metros), y gracias
a la menor presión atmosférica; dadas las corrientes de aire bajísimas, las
circunstancias de ser el aire es mas frio y liviano, hacen que estos factores
mejoren notablemente la combustión ahorrando significativamente el gasto de
combustible. El límite de altura en el reglamento de tráfico aéreo es de 45.000
pies, por lo que viajaban dentro de ese margen.
En el reactor le asignaron a Manolo,
asiento en la plaza P73, justo en el desfiladero lateral de cuantos asientos
había en aquel grandioso avión. En el casi centro y materialmente encima de los
motores. A lejana distancia del callejón central, justo al lado del ventanal
que daba sobre el ala izquierda del aparato.
Había dos sillones más junto al suyo,
debido a que coincidía una de las puertas de emergencia de la nave; estos
fueron ocupados por dos humoristas, que hacían galas veraniegas en ese país,
teniendo contrato en el Teatro del Ángel, sito en calle de Cuesta de Moras;
además del tratado con el Teatro Lucho Barahona, del Paseo de los Estudiantes,
donde tenían unas galas de más de tres semanas, con espectáculos para todos los
públicos, humor y variedades.
En la ventana se acomodó Manolo, que
charlando amigablemente con los dos artistas, se le hacía ameno el trayecto y
entraron en buena armonía, escuchando por parte de los dos graciosos sus
chistes que ellos, practicaban a modo de ensayo previo a sus intervenciones
artísticas. Cambiándose las direcciones de donde iban a estar mientras
estuvieran en Managua, para uno ir al teatro a ver a esos fenomenales artistas
y los otros en admirar de cerca las beneficencias que hace el Wáter Cósmico y
en la forma que se utiliza.
El traslado procedente de Barajas con
destinado al acreditado y afamado Carlos Ciriani, en Santa Rosa, volaba con un
itinerario directo a Tacna, habiendo despegado puntual sin demoras y sin los
rigores de las tormentas que habían anunciado los hombres del tiempo, hasta que
llegaron a sobre volar las islas Azores, que fue donde se comenzó a menear el
avión de forma ostensible, significando que los posibles desencadenamientos del
tiempo, se iban a cumplir. Dando credibilidad a las previsiones esperadas por
los del Instituto de climatología.
El trayecto de los casi 10837 km entre
la capital de España y la ciudad Peruana, era de unas quince horas y media de
vuelo, llegando a alcanzar en pocos minutos los mismos valores en altitud como en tiempo de trayecto, que sus
compañeros que se dirigían a Centro América, en vuelos diferentes. El mismo
tipo de avión, y conceptos exactos ya establecidos en las leyes de navegación
aérea internacional.
El personal de
cabina del Airbus ya les había reflejado que el vuelo seria de lo más
apasionante, sumado a las circunstancias climatológicas existentes. En el
interior de la nave el ambiente era de confort y los sobrecargos y azafatas
hacían estupendamente su trabajo para mitigar los miedos o recelos existentes
en el personal pasajero.
Otro Airbus A340, de la misma firma
Spanweby Airlines, le asignaron a Ángel De la Rosa. El vendedor conocido entre
sus amigos como: el rompe bragas de Kentucky, por sus explicaciones a la hora
de teatralizar sus conquistas. Explicitadas con grandes rasgos de apariencias
sensuales, donde igual, todo no sería oro, ni reluciría a la hora de la verdad.
Reserva en el vuelo TCNA073, situado en
la plaza A15, justo en la zona Vip de los acaparados en primerísima clase.
Aparte de diversión, disfrutaba del
acomodo en esa zona especial del avión, gozando de todas las ventajas de Zonas
VIP ubicadas en franjas especiales y tranquilas donde tomar un cóctel y
descansar de todo el stress avant traumático del trabajo; era un placer, para
los ejecutivos y empresarios. Destinado a los líderes de capacidad y cartera
repletita de dólares o euros, reservado para los afortunados.
Agasajos dados por la Spanweby Airlines,
para que sus buenos clientes gozaran de la diversión en exclusividad con un
toque de distinción y sin molestias. Reservando los mejores recintos de la nave
y todas las instalaciones, en las que se encontraban estos humanos denominados
especiales, alejados de la multitud, tomando los rayos uva si fuere su
decisión, o comiendo tranquilamente bajo la sombra de magníficos brezos
artificiales.
Ni pasillos, ni estrecheces, ni
apreturas, todo amplio; las butacas magnificas. El costo de un boleto pasaje
para viajar en aquella zona: igual, podía pagar el alquiler del apartamento a
los viajeros de turista que iban en la cola del avión. Espacios amplios,
mujeres guapas por todos sitios, unas azafatas, otras señoritas viajeras,
señoras enjoyadas hasta en el pensamiento, sin una arruga en sus caras.
Ángel, como era un tipo gracioso y
además pagaba la firma: Schissen Lecker, o traducido al cristiano: Defecar
Gustoso; pretendía antes de enfrentarse a la soledad, a la venta del wáter
cósmico, disfrutar de todo lo que la vida le propusiera, y el destino le
deparara. Rodeado de tanta belleza, de tanto caviar, de tanto cava y champan
francés; y de tanto discreto sexo bajo manga.
En aquel cómodo sillón, estaba sentada
una mujer de mediana edad, que teñida de cabello y con aquel rímel en sus
pestañas tan artístico era difícil acertar en su edad; pero aquello, le daba
igual a Ángel. Era una mujer y eso era suficiente motivo para mirarla, gozarla
y disfrutarla. Siempre que ella lo permitiera.
Se le acercó disimuladamente, como si un
susto quisiera propinarle; pero ¡Vah...! ¡Qué susto ni que monserga!, ella lo
había divisado y libidinosa le esperaba hacía minutos. Emocionada Glenda, le
había enviado un mensaje subliminal, con el arqueo de sus cejas que a Ángel, le
hicieron: “llufa las piernas” y con dos copas de Dom Perignon _ el superior
champan francés_ ajustaron sus relieves faciales.
Haciendo las presentaciones y las
delicadas palabras del astuto empleado, vendedor de wáteres surgieron en el
oído de la gran señora, que ya; fascinada y muy presta a dejarse enamorar, se
lo comía con aquellos felinos ojos de tigresa amarilla y rallada.
Un vestido ajustado a su cuerpo maduro,
le disimulaba la incipiente barriga, que le sujetaba una faja indesmayable transparente,
ayudada por su presunción, ya que cada vez que respiraba, sujetaba el aire.
Evitando que esos michelines, rollizos cárnicos que se le formaban en su
vientre, aparecieran feos a los ojos de la gente.
De esa manera aguantando la respiración,
los pechos, no muy voluminosos; sin embargo, amelocotonados y duraznos
redondos, como si hechos a medida fueran, marcaban dos pezones semejantes a
botones de uniforme militar, dejando una firma de cirujano especialista en sus
dos tetas.
Rosalía, una mujer guapa, joven dinamista
en sus horas libres, preciosa persona, que acompañaba viajando a doña Glenda
por todos esos mundos de Dios, no dejaba de observar a su jefa y pensar en
cuanto tiempo se enredaría, con el joven comercial.
Excusaba sus excesos, dirimiendo sus
abusos, vistiéndola y desnudándola, lavándola cuando estaba borracha o drogada,
viviendo a lo grande a la sombra de la patrona, de lo que le sobraba a la dama,
se alimentaba el alma Rosalía. Hacía de su alcahueta, no sin provecho, ya que
encubría de todos los actos inconscientes a su querida Glenda, además de
preparale y buscarle citas salvajes de sexo y diversión
Glenda y Rosalía, iban de retorno hacia
Tacna, tras haber estado en España, solicitando a la Congregación de Almas
Puras del Santo Nombre, apoyo para formar una delegación en su ciudad en pro de
los feligreses del país. Siempre apoyando y sustentando esa nueva delegación
caritativa con el patrocinio y con el buen nombre de Doña Glenda Romero de
Sástago, y su ayudante Rosalía Mangado, una de las dinamistas del movimiento
social de la nación.
Aterrizaba el vuelo SJO502, en Costa
Rica, tras un vuelo sin perturbaciones, ni detalles groseros a destacar.
Javier, que a la llegada al aeropuerto de San José, respiró y trató de ponerse
en contacto con un número telefonico de su familia, al que no contestaron, por
aquello de la diferencia horaria y sin más preocupación, salió después de
recoger el equipaje y desde la parada al efecto, tomó un taxi de la empresa
Alfaro, de esos cómodos autos, en color rojo puro, que más que un taxi, parece
vas a darte un baño de fresas.
Al ascender al Toyota encarnado, que le
haría de transporte, muy amable le ofreció la dirección al conductor, de donde
se encontraba su hogar momentáneo: Dulce Nombre Urb. Josué. Un apartamento
que previamente habían contratado para la estancia mientras radicara en
Coronado.
Tal ocurrió
con Manolo a su llegada a Managua, en su vuelo MGA611, una vez tuvo la valija
de sus pertenencias. El aeropuerto se ubica a 11 km, situado geográficamente al
este de la capital, solo cuenta con una terminal de llegadas donde esperan
taxis de la Cooperativa de: “Taxis El Patriarca”, quienes llevaron a Manuel
García de la Serrana, al Hotel Los Robles, que cuenta con una ubicación ideal,
cerca de la zona residencial Los Parques de Altamira.
A su vez en el Aeropuerto de Tacna, esperaban inquietos los empleados del hotel al cliente: Ángel De la Rosa, con un mensaje súper importante de su prometida. La señorita Dolores Fuertes.
La llegada del
vuelo presentaba un gran retraso sin embargo, él precavido había enviado un
wasap a la dirección del Hotel Princess para que estuvieran atentos y lo
recogieran desde las instalaciones de la propia terminal.
To be
continued
Continuará
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