Tercera Parte: viene del capítulo anterior El wáter Cósmico _ Trayecto _
Urgían aquellos mensajes que Demetria, la novia de Ángel le había enviado. Obligaban fueran entregados a él en persona, por los empleados del Hotel Princess, ya que mientras volaba su prometido, la desconexión del aparato telefónico era obligada; por ello no pudo remitir directamente esas angustias, que ella le quería participar.
Urgían aquellos mensajes que Demetria, la novia de Ángel le había enviado. Obligaban fueran entregados a él en persona, por los empleados del Hotel Princess, ya que mientras volaba su prometido, la desconexión del aparato telefónico era obligada; por ello no pudo remitir directamente esas angustias, que ella le quería participar.
Recados que ni imaginaba por casi
olvidar a su prometida, con tanto ajetreo aéreo y tanto afecto gratificante en
el trayecto, que además de fenomenal fue distraído. Sin contar con el apoyo de
las inclemencias del tiempo, que aunaron apariencia y desvelo hacia aquellas
dos damas de la ciudad de Tacna tan maravillosas y tan atentas, que en todo
momento le tuvieron distraído y engrasado.
Pudiendo él, sacar de sí mismo, toda
aquella gracia innata que poseía en el arte de la seducción a corta distancia.
Dejar de lado a Demetria, olvidando todo el futuro y negando la realidad y la
presión a la que estaba sometido.
Tanto, que se había procurado ya las
direcciones y teléfonos personales de Doña Glenda y de su asistente la señorita
Rosalía, además de tres contactos singulares y de prestigio, para poder de
inmediato y sin búsquedas previas, presentar el gran invento del wáter cósmico
en la ciudad de Tacna.
Para ello, se las había ingeniado en que
Glenda, le suministrara la dirección del negocio de su esposo, que lo tenia
radicado en la Zona Franca de esa ciudad, y que estaba relacionado con
prestación de servicios de hoteles, restaurantes y firmas de decoración en su
país y extendidas a todo el territorio chileno.
En la cercana ciudad de Arica, ya
perteneciente a Chile, sumó la dirección de la delegación gubernamental de
parques y jardines estatales del Ministerio del Interior, con menesteres para
los hospitales generales y la salud en general del país.
Sin contar con los piropos que le había
estado regalando en todo el itinerario a Rosalía que la tenía medio enamorada y
totalmente enredada con su causa, por él, por sus devaneos y por aquellos besos
furtivos que le había robado en momentos de fruición, cuando Glenda descansaba
adormecida en su butaca business.
Entre todo ese fregado, había sabido
engatusarla para que cenara con él en su primera noche de llegada al Hotel
Princess, con la intención de poder saber datos y números del negocio, que
habían cerrado en España, con la Congregación de Almas Puras del Santo Nombre.
Conventos que en sus senos, no vendría mal, implantar ese higiénico y saludable
wáter cósmico, para tanta hermana usufructuaria y religiosas, incapaces por su
abnegación y votos a poder disfrutar de las conveniencias del irremplazable
Kosmiche Wasser, el ya nombrado y publicitado: Wáter Cósmico.
Javier hacía minutos que había
aterrizado en San José, capital de la nación que sería su escena de ventas, ya
estando en el taxi de la empresa Alfaro. Esos autos rojos, que invitaban a dar
paseos exóticos, entre tanta belleza observada por Javier Martos Díaz.
Había mostrado la dirección en Coronado
del apartamento donde debía llevarlo la conductora del clásico taxi color
encarnado, cuando Elvira Martínez Rastrojo, le dio el alto a la taxista,
instándole a frenar el vehículo, con un gesto de tendencia y de irresponsable,
para hablar con Javier.
La modelo nacida en Badalona, que
mostraba ropa intima en Pasarelas Internacionales, la cual iba camino de
Cartago a defender un desfile de Women’s Signos Incites, a presentar la
colección “Every body for Women”, se decidió súbitamente, tras la mirada que
Javier le hizo desde la terminal del aeropuerto.
Tenía previsto acercarse a Cartago; una
ciudad a setenta y un kilómetros de distancia desde la propia capital de Costa
Rica, en la que por carretera, costaba sobre hora y media su trayecto, pero que
por causas de ajuste de horario, su salida hacia allí no se produciría hasta el
día siguiente de su venida a la ciudad. Teniendo que trasnochar sola en una
fonda de la calle once, entre el parque de los Mercaditos y la estación de
ferrocarriles Cleto González Víquez.
Elvira sin pensarlo se subió al taxi de
la compañía Alfaro, para marchar con Javier a Coronado, tal y como le había
sugerido el vendedor mientras charlaban acomodados en la fila M29 del trayecto
desde Madrid, una vez simpatizaron y se correspondieron, dirigiéndose ambos al
apartamento que tenía reservado en Dulce Nombre de la Urbanización Josué, para
disfrutar de la noche y él mismo la pondría en el transporte que la debería
llevar a Cartago.
Una vez el taxi se dirigía a destino
Javier, volvió a intentar hacer la llamada, que momentos antes no pudo
franquear para dar señales de llegada exitosa a su familia residentes en
Zaragoza.
Haciendo unos gestos de complacencia a
Elvira, invitándole a que ella también fuese atenta con su gente en España y
diera señales de vida.
Manuel García de la Serrana, ya
circulaba en el taxi “el Patriarca”, cuando al principio de la marcha, en la
recta de la terminal de pasajeros, observó que los humoristas estaban
distraídos y despistados, fuera de órbita. Dándole orden al taxista de detener
su camino hacia el hotel Los Robles cerca de la zona residencial de los Parques
de Altamira, para recoger a aquellos artistas desorientados, que ya en el
avión, habían informado a Manolo, que se hospedaban en el mismo hotel y que por
motivos de aduana, habían salido más tarde que el propio Manuel.
Al detenerse el vehículo, los
componentes del: Caniche, nombre artístico de los dos satíricos. Cándido y Cheo, reconocieron a
Manolo, que hacía minutos, habían estado riendo juntos en el vuelo MGA611
procedente de Madrid, con destino a Managua y se habían intercambiado los teléfonos
para reencontrarse en el país Nica.
Agradeciendo los artistas el gesto de
Manolo de detener el taxi y compartir viaje hacia el hotel, excusándose del
retraso por motivos de inspección en la Aduana del Aeropuerto; siguiendo su
marcha hacia el hotel, con la ayuda y las risas de aquellos chistes que
explicaban, consiguiendo hacer cómplice al cochero, que en varias ocasiones
rompió a reír desternillándose sin dejar de mirar al frente en su conducción.
Manuel García de la Serrana, era un tipo
abierto y confiado debido a la gran seguridad que tenía en sí mismo, un
vendedor de raza, nacido para el pacto, el acuerdo el convenio, el trueque.
Había sido elegido desde la delegación que la empresa Schissen Lecker_
traducido para razonar: Defecar Gustoso_, poseía en Valencia.
Un prometedor comercial que vendía mucho
y bien, tanto es así que el porcentaje de devoluciones en sus ventas era mínimo
y por ello gozaba de un prestigio empresarial que sobresalía de la vulgaridad.
Medio calvo, rapado, alto, moreno y simpático, siempre con su maletín en la
izquierda y la frase apropiada para el cliente reticente: Sin papel higiénico,
sin preocupación en dejar sucio el ojo negro.
Convencimiento a carta cabal y caballero
educado. Formado en los Jesuitas de Cartagena, debido a que su padre, había
sido marino mercante y ellos procedían de la ciudad murciana. Divorciado de
Mercedes Piedra Roqueta, una mujer algo mayor que él, guapa, adinerada y de
profesión abogada, que cubría la plaza de fiscal en la población de Vinaroz.
Sin hijos y con unas ganas de agradar a los demás impresionante.
A pesar de su buen hacer en el mundo del
comercio, tenia tendencias a sentirse solo y con necesidad de ser acurrucado en
los momentos de ternura, que todo hombre busca y necesita.
El grupo artístico: Caniche, dos
humoristas venidos del tablón de los yeseros albañiles; especializados en
enyesar paredes a destajo y en color blanco, en obras de construcción en la
ciudad de Caspe, que por la gran crisis habida en el país, se quedaron sin tablón,
sin obras y sin empleo y comenzaron como vocingleros en las discotecas de la
costa, además de ganar un Concurso en la televisión local, se lanzaron al
espectáculo en cabarets, teatros, bingos y tenderetes múltiples. Llegando a ser
divisados por un empresario Mexicano, que llevaba artistas entre el gran charco
y les había conseguido unos contratos de un par de semanas en distintos teatros
de la ciudad de Managua.
Cándido, el rubicundo del dúo, es un
hombre chiquito, con gran esperanza de crecer, en lo profesional, de que le
adoren que le mimen y que le deseen. Tras una relación rota, busca dentro del
humor esa catarsis para llegar a sosegarse y ser feliz por fin.
Bebedor constante de brebajes explosivos
para el estómago, fumador testarudo y chistoso a carta cabal. Padre de una hija
de once años Olga; que la adora, pero que de momento ha de estar con los
abuelos en Sabadell, la cual espera que su papá la venga a llevar al circo y se
quede definitivamente con ella.
Salido de una relación aventurera y poco
clara con la madre de Olga. Los que fueron abandonados una buena noche, después
de un espectáculo atroz por parte de Natacha, una medio rusa asturiana, que se
había enrolado con unos traficantes de sexo y de órganos humanos buscados por
la Interpol. Llevando sus huesos al presidio.
Cheo Callejas, un tipo simpático,
compañero de Cándido en el tablón de la obra, traficante de sonrisas, amante de
las estupendas obligaciones de los mejores seres humanos, un tipo dado a los
demás que no tenía nada para sí. Conformado con lo que la vida le regalaba; que
según él, era bastante, que no quería decir mucho; pero si suficiente para
levantarse cada día de la cama, solo o acompañado y decir con simpatía: ¡Buenos
días!
Mulato claro y de estatura media,
delgado, cuidado, limpísimo, agradable, sincero y gay. Detalle que le había
reportado demasiados alborotos y desprecios y por ello lo ocultaba al gran
público. Compenetrado con su pareja artística y empeñado en triunfar en el
mundo del escenario, con sus gracias y chistes, en buena Liz con el mundo tan
complicado de las candilejas.
Pronto llegaron al Hotel Los Robles, y
dado al cambio horario al famoso Jet lag, también conocido por descompensación
horaria, quedaron alojados en sus respectivas habitaciones.
El vuelo procedente de Barajas, TCNA073
con destino al aeropuerto de Carlos Ciriani, que transportaba a Ángel de la
Rosa, tomaba tierra en aquellos instantes en las pistas centrales del aeródromo
de Santa Rosa, que se encuentra ubicado a unos cinco kilómetros de la ciudad de
Tacna. Los empleados del Hotel Princess esperaban al cliente como se espera un
regalo por Navidad, para sorprenderlo con la efectividad de la dirección del
Hotel, en haber estado tan al corriente del mensaje que sin falta le enviaba
Demetria.
Ángel sin imaginar nada, se deshacía en
desvelos con las dos mujeres que había conquistado en su travesía oceánica, y
daba besos y achuchones a las dos, de forma que quedasen impresionadas y
tuviera motivos para que ellas mismas reclamasen su presencia. Por tal que
quedaron en días sucesivos para poder verse y disfrutar de un nuevo encuentro y
del wáter cósmico, que tanto furor tenía que hacer, según aquel enamorador
profesional, en la ciudad y en el país.
Tal que pasaron las valijas por la
aduana y pudieron franquear las fronteras, cuando al salir por el pasillo de
“Arrivals”, vio que un cartel anunciador, daba señales de querer encontrar a
Ángel de la Rosa, procedente de Madrid, significando el mismo edicto, ser
empleados del Hotel Princess.
El comercial, se acercó identificándose
a los amables empleados y estos le dieron la misiva, en un sobre cerrado.
Mientras aquellos serviles mozos
acomodaban al recién llegado en un bus propiedad del hotel, un Peugeot furgón
azulado.
Ángel se disponía a abrir aquel sobre
lacrado, que decía:
Cariño soy Demetria, tan solo hace un día que no te veo y ya no puedo estar
sin ti; gracias al wáter cósmico, que me distrae y me apasiona.
A mis padres no les ha sentado demasiado bien que te vinieras a Perú y a
Chile, todo lo tenemos preparado para nuestra boda, ¡ya no hay tiempo! y no
comprenden cómo te has ausentado de buenas a primeras, sabiendo que estoy de
cinco faltas.
Mi padre, ha frenado el efectivo que depositó en nuestra cuenta del banco
Santander, la que compartimos de forma común, hasta que te vuelva a ver el
pelo.
No lo ha retirado pero no podemos hacer uso de los treinta y seis mil euros
que colocó a nuestro dispendio.
Con lo que te indico te des prisita en vender los wáteres en esos países y
vuelvas, yo no puedo comprar nada y tengo el saldo agotado de la Visa.
Por ello, ya conoces a papá, y me ha dicho que viajaran en cinco o seis
días a Tacna, acompañado por la Frau Anguela Kronen Muller, delegada de
distribución de la empresa y esposa del director del departamento de ventas
Herr Jurgen Otto capitaneando el grueso de los quinientos equipos de wáter
cósmico para que puedan comenzar la distribución en el país.
Sabes que te quiero más que a mi padre. Sueña conmigo y con los wáteres
cósmicos, comienza a bajarles los pantalones a los clientes y hacer las
demostraciones en cuanto puedas. Vuelve pronto. Te quiere tu Demetria.
P.D. Cada noche antes de acostarme, uso el
cósmico, va de rechupete y te limpia el culito estupendamente.
Continuará:
To be Contiued:
Continuará:
To be Contiued:
0 comentarios:
Publicar un comentario