miércoles, 22 de mayo de 2013

100 años ¿esperando esto?



Han pasado las fiestas Mayores como una exhalación, en este mes de mayo que debía haber sido precioso, pero en cambio nos ha hecho un tiempo bastante feo, poco vistoso y con fresco a tenor de lo avanzado del mes que cito.

Entre otras muchas cosas ha habido en la villa distracción para una gran variedad de personas, jóvenes, ancianas y maduras. Con una gama de actividades diversa, contando claramente a los niños, que ellos se han llevado quizás la mejor parte.

Hoy y aquí sin embargo, quiero hacer hincapié en una de las efemérides que a muchos habitantes de la ciudad, les ha pasado desapercibida, por la poca importancia y la menos relevancia que le han otorgado las autoridades locales. 

Como siempre, si no eres de la misma tendencia, te quedas fuera del reparto, aunque cumplas cien años como le ha ocurrido al Ateneo Familiar.

Es una pena que por no respirar los mismos aires del ayuntamiento, ni seguir sus intereses políticos, quede en la sombra aquellos detalles que han hecho pueblo siempre, y que a los ciudadanos apolíticos nos importan.

Nuestro Ateneo Familiar, ha cumplido este pasado mes de marzo cien años, se dice pronto, ¿verdad?, pues amigos, si todos supiésemos de la importancia de estas entidades, quizás no seríamos tan frívolos a la hora del olvido. Dado que si cumple los siguientes cien años, nosotros, ninguno de los que leemos esta crónica estaremos para celebrarlo.

Se esperaba a la Fiesta Mayor, para poder festejar en el vermut de gala, con la presencia del alcalde y brindar por todos los buenos momentos, que se sucedieron a los largo de estos años, y rememorar algunas citas de personajes, que los hubo y que sin duda hicieron más grande nuestra población, recibir una merecida placa conmemorativa por el hito y todos felices.

Ha sido una celebración particular que solo ha interesado a los que amamos al Ateneo Familiar, los que con nuestro sentido de la conservación, con nuestra presencia semana tras semana, hacemos que no acabe de extinguirse, yendo a bailar todos los domingos por la tarde a nuestro Salón Rosa, disfrutando de la música en directo y participar en todo aquello que nos compete y que nuestro bolsillo nos permite.

¡Sí! Es verdad, que bailamos lo que nos apetece, nos saludamos con los amigos todos, reímos y tratamos de pasarlo en grande, con personas que son todas las que asisten, socios y no abonados, con el derecho a que asistan de todos los puntos y lugares y de todas las tendencias, todas buscamos el mismo sentido a ese domingo por la tarde que se nos presenta entretenido y que evita estemos desgarbados frente al televisor viendo como se nos va el país al garete. Es una sensación que si no la pruebas no sabes cómo energiza el cuerpo, todos los amigos en sintonía con el Ateneo, que es el que merece la pena salvar, tras haber resistido cien años y, haber sufrido alternativas políticas y engañosos trances. 
 
El vermut de Conmemoración estaba bien representado por Consejeros del Ayuntamiento, personas muy importantes de la Regiduría y de la Corporación. Sin embargo faltaba el Alcalde, y es la pregunta que nos hacemos los socios, simpatizantes y habitantes de la ciudad_ ¿Por qué no asistió el Alcalde? ¿Existe algún acontecimiento más importante en estas fechas que el cumplir 100 años?, ¿Nadie del Cabildo pensó que en estos casos, se entrega una placa Conmemorativa y se realza el hecho para el pueblo? _. Respuestas hay muchas, opiniones más, sin embargo hemos de pensar que en estos momentos no hay elecciones, no se necesitan votos, y quizás el grupo de personas que aúnan el Ateneo, no atañen por ser los contados y porque ya no están dentro de la posibilidad de hacer ese molesto ruido que tanto perturba a la clase política.
 
¡Ay!  …Si hubiese anunciado el Honorable President, su presencia, todos estos hubieran perdido el culo y hubieran dejado de ir a ver como se bailan las sardanas en la plaza, para hacerle la rosca de forma descarada y la foto de rigor.  

Somos pocos los que queremos que el Ateneo salga hacia adelante y ¡porqué no!; vuelva a cumplir otro centenario, pero a la vez estamos los más tozudos y los menos convencidos que los que los responsables culturales de la ciudad, nos han de echar una mano de apoyo, de ayuda y de amparo.
 

¡Sé de buena tinta! Que tú que estás leyendo este comento, igual crees que es por capricho, por interés, conveniencia o beneficio ¡pues no!, es para salvar al Ateneo Familiar, al nuestro, al del pueblo, al de los más sencillos, jóvenes y viejos. No hagas dejación de lo que apunto, si dejamos y permitimos que todo aquello que pertenece al pueblo y a su cultura y tradición se pierda. Estamos apañados.
 

Volviendo al vermut, que se celebró en la pista de verano fue entrañable, y se ofreció lo que tenía el susodicho Ateneo, muchas tapas, canapés, y bebidas, pero lo más destacado era lo que no se veía y se percibía a poco que tuvieras sensibilidad y sentido: cariño.
 

Gracias a los que asistieron, dejando otras ocupaciones acompañando a la triste Junta del Ateneo Familiar y a los amigos de a pié, los que nos importa la amistad, el compañerismo y la reunión de personas, en una fecha tan señalada, otros igual como ya se comentó se lo perdieron, igual estaban en otro evento de menos de cien años, más sustancial que este.

 

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