Como primer mensaje del Año 2011, quiero y os deseo, que lleguéis a tener toda la felicidad y la aptitud de los buenos momentos. Este año que acaba de comenzar ha de proponeros opciones de bienestar, placidez, alegrías, salud y marcha, para que una vez en el camino de la realización, de saborearlas sepáis disfrutarla como cabe. Me refería a los buenos momentos para poner un referente de cuando se ha pasado realmente bien, hemos saboreado la dicha en distancias cortas y además lo hemos compartido con aquellas personas que notamos lo perciben como nosotros mismos. Por ello, el día 31 alcé mi copa de Cava y en silencio pensé tantas cosas, detalles, sucesos y alegrías que en lo que se llevan las campanadas de los doce últimos segundos del pasado año y a medida que iba engullendo las uvas, requería un deseo, una necesidad, un milagro. Salud para todos y alegría para disfrutarla.
Estoy de vuelta y con las pilas recargadas, para volver a contaros esos cuentos, historias y anécdotas que han llenado alguno de los instantes de nuestro tiempo. Que con tanto agrado habéis recibido y que lo he percibido por vuestros comentarios. A fin de cuentas es lo que mueve a seguir hacia adelante y procurar esos lapsus de deriva que existe entre la realidad cruda y la tierna sugestión. Es bien verdad, que a veces, no han sido historias de tránsito, os han hecho pensar en más de un detalle o situación de vuestra propia trayectoria, sin embargo, me alegro de haberlas compartido con vosotros amigos, que desde tantos puntos del mundo leéis.
Gracias, repito y mi agradecimiento vuela hasta tu punto de origen para darte un caluroso abrazo y mi más profunda gratitud
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