Once años transcurrieron con la huella,
muchas veces, recuerdo tu semblanza.
Aunque vivimos tras de esa balanza
que nos roba el criterio, y deja mella.
Dejaste en mí una siembra que destella,
que tiembla. Convulsiona sin templanza.
Sin agrado y vacío de esperanza,
con cierta confusión que me atropella
Las trazas no se borran ni se olvidan,
queda grabado al fuego, sin cenizas.
Imborrable por siempre, no validan.
Son armas permanentes fronterizas,
que nos dañan y crueles nos lapidan
el sentimiento, y nos hacen trizas.
autor del poema: Emilio Moreno
dedicado a un recuerdo del 21 de febrero 2014
que dejó desgaste en el entorno.
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