Enredan sin piedad, con persuasiones
mirando de engañarnos sin clemencia.
Creyendo que nos falta esa conciencia
variando con astucia mis mociones.
Después entre ellos. Con mis ilusiones,
pactan con los que alcanzan, sin decencia.
Esclavizando al pueblo en decadencia
y engañarnos vilmente sin nociones.
Y una vez que se van las elecciones
ríen a costa nuestra, disfrutando.
Cacareando mentiras e invenciones.
Sin abandonar su chollo. Engañando
al pueblo, sin justicia y corrupciones.
Mientras el desempleo nos va ahogando.
A
veces pienso en voz baja, y me da vergüenza.
Después se quejan de
todo lo que les conviene
Y si no están
conformes, repiten los sufragios.
¡Qué mala
suerte que tienen los pobres!
Se hacen fotos con sus
aliados sin desmelene
Y siempre le echan la
culpa al bobo del naufragio.
¡Si no
fuera por ellos, estaríamos con la cuerda al cuello!
Si tuvieran vergüenza,
no serían actores
ni farsantes, ni se
dedicarían a la política.
¡Qué mala
suerte que tienen los pobres!
Igual cuando ya no haya
remedio lo subsanan,
siempre nos queda
aquella ilusión de resurrección.
¡Si no
fuera por ellos, estaríamos con la cuerda al cuello!
Si estos políticos se
dedicaran a la medicina
nos matarían a todos, por
falta de acción.
¡Qué mala
suerte que tienen los pobres!
Si fuesen banqueros,
nos quedaríamos arruinados
por palta de acción y
reacción.
¡Si no
fuera por ellos, estaríamos con la cuerda al cuello!
Es mejor que se dediquen a no hacer casi nada,
porque aquello que tocan se rompe, y si no se atasca.
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