Imposible que me guardes
mi honda privacidad.
Mejor se queda en reserva
si no doy publicidad.
Pedir que no lo divulgues
y tenga exclusividad.
Es jugarme y no retengo
la plena seguridad.
Porque si no te lo cuento
jamás nadie lo sabrá.
Si por presumir revelo
y cuento por aliviar,
puede caerse mi pelo
sin poder escarmentar.
Al ser un bocazas lelo
que nada puede callar.
Porqué conozco tu celo,
no tardaría en llegar.
Se lo dijiste a Consuelo
y volvemos a empezar.
Creemos que al contar secretos
la gente valorará
nuestras penas y decretos
y nos compadecerá.
Porque si te explico aprietos
tú también me contarás
y entre los dos tan discretos,
lenguas largas clamarán.
Hasta que por desacatos
La música se sabrá.
Así concluyo y predigo
teniéndolo muy previsto
que no quiero ser testigo.
Y aunque lo jures por Cristo
Lo narrarás sin hostigo.
Por eso yo no rechisto
prefiriendo un vil castigo
y si me fallan, ¡Resisto!
Con ello, mejor mi amigo.
Mas y mejor, me lo guardas.
El secreto que no digo.
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