miércoles, 8 de mayo de 2024

El bolero de papel.

 

No se puede confiar en aquellos que nos dicen ser amigos y a la mínima <Te ponen a caer de un burro>. Mal va estar en medio de dos fuegos. Entre dos ardores que se tienen celos, envidias y malestares y que entre ellos pugnan por descollar por encima, incluso de la sencilla razón.

 

Recordando aquella canción de:

Willie Colón y Héctor Lavoe.

Titulada, Quítate tú pa' ponerme yo, quítate tú.

 

Se me ocurre decir ahora, — abría su alegato el artista invitado —. Procurando no molestar, ni pretensión de ofender a nadie, que se vea reflejado por la pura casualidad de los acontecimientos, que la vida es más sencilla, gozando de un bienestar humilde.

Quedó mirando al público y sin atender ni escuchar los ruidos grotescos del aforo siguió.

— El relato podría comenzar así, en modo llano — y prosiguió con su alocución sin más demora.

— El personaje principal cuando nota que se ha pasado en su condición y costumbre y observa que falta a la realidad, corrige su aptitud. — y continuó alerta a las manifestaciones que pudieran darse. Usando el lenguaje fuera de norma. Se arrepiente, pero a veces no hay vuelta atrás.

— Lo mejor que puede hacer es poner distancia y olvidar. Dejar que el tiempo lo cure y esperar a que llegue la calma y la comprensión a base de usar el entendimiento.

Dicen las leyes de la física—matizó seguro y muy ágil—:  <Polos iguales se repelen y los diferentes se atraen>

Dulce; la protagonista de la obra, se vio humillada por sus amigos que esperaban la ocasión en que estuviera ausente para criticarla y denostarla.

Sabiendo ella que ocurría ese hecho, por tal que uno de los promotores de las ofensas, hacía el papel de <Judas> y traía y llevaba las noticias, agregando insultos y miserias de su cosecha.

Harta de tanta escoria, compuso esta oda y la lanzó al mar, para que la recogieran los vientos y las olas—y sin más la recitó desde la tribuna de la existencia.

 

 

Que peligro tiene Dulce

cuando te soba la espalda

y con su falsa desgracia

te acaramela la falda.

Así con ello seduce

te torea y te introduce

con invenciones infaustas

para prender fuego, escalda

a todos los que perturben.

Con un sabor agridulce.

 

Amenazan con marcharse

del tono que los acoge

y lo afirman convencidos

sabiendo que no lo harán.

Creyéndose bendecidos

que nos brindan el maná

y sin ellos no funciona.

Igual se acaba la sal,

nos quedamos tan desnudos

que no tendremos ni pan.

 

Deben cumplir y fugarse

y dar paso a otros venidos

que a su modo cumplirán

sin esfuerzos ni sudores.

Encima conseguirán

y sin tanto discutir

arreglarán lo pendiente.

Procurando no quemarse

ni espectáculos asir.

Que no queremos romances,

ni milagros resistir.

 

Si mientes por hacer daño

infringes todo principio.

Criticando al que no está

O al que no ríe contigo.

Puedo apostar que lo haces

conmigo y con los demás.

Ya luego me contarán

Ese insulto propelido

agregando mucho más.

Así también te traicionan

creyendo que ponen paz.

 

Si escuchas al que nos vende

que miente más que su par

te equivocas muy de pleno

dando credibilidad.

Cuidado que todo sale

descubriendo irrealidad.

Está de moda el grosero

el liante con radar

el que se cree muy decente

visionario del altar.

Cuidado con quien se acerca

No le brindes voluntad

 

Me llegaron los rumores

y procedían de ti.

Creía fueras más lista,

presintiendo tus ardores

de valiente y no fingir.

Siempre dudé de tu pista

de tu esencia con sudores.

Por eso siempre advertí

que con tu gracia de artista

me ponías a parir

sabiendo que estás provista

del veneno, que es mentir.  




Autor: Emilio Moreno

mayo 2024.

 

 

 

 

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