No me puedo extrañar. ¡Lo imaginaba!
Su forma al respirar, era engañosa.
Regalando su amparo de afectuosa
a todos traicionó, cuando injuriaba.
Pronto se descubrió, con su andanada
en charla de muy fiel y cariñosa.
Descubrió su papel de ponzoñosa
quedando en falsedad, y muy dañada.
Hola amiga; decía, y así ver
que detalle sacaba; y por detrás
te clavaba la daga, a placer.
Por mil acciones tú comprenderás,
te has delatado sola al ofender
y los que en ti confiaban, no hallarás.
- Dedicado a
- Todos conocemos una persona que por detrás nos raja
- sin cuchillo ni navaja, que disfruta trayendo y llevando
- trapos sucios, que muchas veces hasta los inventan.
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