Cuando lo veo oscuro, pienso en el mundo,
y descubro, que llega pronto el distingo.
Cuando estoy irascible, juego y me pringo,
comprendiendo, que poco hay, que sea rotundo.
Qué fácil es dudar, si pienso un segundo
de este último minuto, tan chingolingo.
Recordando así, el último domingo
dentro de ti. Gozando muy en profundo.
Llegando ahí, sin ser aquel errabundo,
camuflando mi albor, y a poco me extingo.
Tu desprecio a granel, con burdo respingo,
fue el preludio vital; y con ello abundo.
Cuando el todo es exiguo, se hace infecundo,
perdiendo validez y así me desligo.
Procurando ser leal, sin llevar peligro.
Sabiendo que al final, seré un moribundo
30 agosto-2023.
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