Aquella canción decía.
“Hablaremos del
amor”
Quizás; algo parecido.
“Una vez más”, repetía.
En tonadilla de
humor.
Melodía sugerente
que llenaba de ilusión,
y te llevaba sin
duda,
recordando la
cadente
y ruinosa situación.
Como todo en esta
vida
siempre pervive lo
bello.
Aprovechando
sinergias
y expresando todo aquello,
que carece de
alegría.
Por comentar tanta alergia
la que el verano ha
traído,
olas de ardor, sin liturgia.
Siendo un calor muy podrido,
que a tanta gente colegia.
Y volviendo a la
canción,
que anunciaba en el
inicio.
tornemos a transpirar,
con remate y sensación,
disfrutando lo
propicio.
“Hablaremos del calor”
“Una vez más” Sin remedio.
Cantándola en un
rumor,
en su estribillo intermedio.
Para secar el sudor
y no morirme del
tedio
Los que aguantan el
sudor,
y el calorcito en la
playa,
también notan el sopor
al tumbarse en su toalla,
quejándose del hervor
chorreando en su
atalaya.
Si me dejan elegir,
me quedo con frio
intenso;
porque puedo
preferir
y no quedarme indefenso.
Desterrando este
sufrir,
por un calor que detesto.
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