Cuando
pienso en lo que podía haber sido
y no fue;
pierdo la razón. ¡Desalmado!
Primero por
mí mismo ¡Desorientado!
Después, con
tantas dudas muy ¡Deprimido!
Nada aplacó tu
loco contrasentido,
sabiendo que
yo era el perjudicado,
dejaste que
mi ahogo fuera gafado
sin medir sensación,
al ser fenecido.
¡Cómo puedo
vivir quieto y escindido!
Después de delicado
¡Decepcionado!
Por la
secuencia de existir tan calmado
y por la
idiotez de mi malentendido.
Versos dodecasílabos
he escogido,
para refrendar
todo nuestro pasado,
que no caduque
por fechas, olvidado,
y me ignores
creyendo que fue fingido.
Que fácil es,
quejarse a toro vencido
llorar por no
haber sido, quizás amado,
por el vacío
de tus besos robados
por cobardía
de no ser agredido.
Compadecernos
ahora sin colorido
es lastimarse
por necio acobardado,
arrepentirse
de lo que nos fue dado.
Me quedo con
lo que fui favorecido.
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