Algunos no lo parecen
seguro
que nos engañan,
permitimos
nos abracen
y
luego no sabe a nada.
No
me extraña que la gente
se
sienta decepcionada,
con
la depresión latente
en
conjunto enrevesada.
Mi
desilusión urgente,
hace
que no tenga ganas
de
abrirme a mis semejantes,
por
el miedo que me embarga.
No
quiero ofender a nadie,
ni
pretendo ser el ancla,
de
un barco que busca patria,
sin
encontrar puerto y calma.
Solo quiero convencerme
siendo
coherente conmigo.
Ni
me importa ni trasiego
con
secretos de mi amigo.
Bastante
tengo en mi huerto
con
la fruta que consigo
solo
faltaba, esa trilla
que
ni importa ni persigo.
Aunque
lo dudes, mi abrigo
cobija
mis penas siempre,
que
son castigos que irrigo
y oprimen
como serpiente.
Puedo
escucharte si quieres,
sin
pedirme veredicto.
Como
juez soy inexperto
y no
resuelvo el conflicto.
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