¡Cuando lo dejaremos!, ¡No hay bastante!
Por lo visto, tendrás sabor amargo,
y aunque no lo disfrutes. Sin embargo,
notarás su frescor desconcertante.
Exponía sin voz, su onda impactante,
ya que su juicio optó, por ese encargo
que sin duda será, testigo y cargo,
por su condición y culpa expectante.
Existirá un final, para engreídos
la última etapa, por ambicionar
en el mundo de los más desposeídos.
Penoso será alzar y enarmonar,
ciertas tendencias de fatuos caídos
que soportamos, sin reflexionar.
Quieres más, repitió muy titubeante
su cognición, notando ese letargo.
Aquel que proveyó, el abotargo
en su ser descontento, ya inquietante.
A veces, menos es más aplastante,
disfrutar de lo poco, es mucho adargo,
transigiendo en lo nimio sin recargo,
produce apego muy reconfortante.
Lo escuché decir a esos mal paridos,
que, por defecto, pueden malversar
cualquier dicha formal, a los sentidos.
De tanta gente buena, al condonar
la carencia, de escrúpulos proveídos,
de algunos, peligrosos a olvidar.
0 comentarios:
Publicar un comentario