lunes, 8 de agosto de 2022

Una marca en el agua.

 





 

 




Caminé por el sendero

buscando tu santo y seña,

junto a fuente cusqueña

moviste poco el sombrero.

 

Valiente y con tu salero,

el gesto aludió en la peña.

Mi vista que es aguileña

mostró mi sed de viajero.

 

Acercándome grosero

a tu vera de abrileña

sin casi, y como cigüeña,

bebí de tu abrevadero.

 

Pregunté muy altanero,

diste respuesta norteña,

te noté tan hogareña,

y quise ser pregonero

 

Vine a buscarte en enero

por verte fría y risueña,

mi fuego crece en tu leña

ardiendo imperecedero.

 

la leyenda que refiero

es de mi aliento, su dueña,

con sonaja y halagüeña,

expreso cuanto te quiero.






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