Hubiera
idolatrado, tantas cosas.
Estar en los
lugares más dichosos,
ser
distinguido con hechos jocosos.
Destacar de entre
vidas vanidosas.
Por qué no
hacer, más gestas valerosas
que hacen
los que presumen enjundiosos,
marcando sus
contrastes poderosos,
y publican
sus vetas exitosas.
Siempre hubo
feos y garrapatosas,
cobardes y
atrevidos, horrorosos.
Son
bienaventurados sospechosos,
y los que se
conforman con las rosas.
El “Hubiera”
del verso inicial dice:
Una serie de
las citas soñadas.
Fui tocado
por la augura y; añadas,
¿Pues
sí! Lo que yo, añada, contradice.
$$$$
La cordura
ha de imperar
El mundo
está repartido
Todos no
pueden tocar
el éxito está
esparcido
No por mucho
desear
disfrutas lo
inesperado,
al no poder
asignar
esperar lo
regalado.
Si dios
fuera todo el mundo,
habría mucha
disputa
El pueblo
por infecundo
no saldría
de su gruta.
$$$
A veces me
imagino
la felicidad
gozada,
como la paz en
su camino.
El silencio
nutritivo
de las
miradas preciosas
tu olor de
fresa nativo.
Como si fuera
una paloma blanca
que nos
visita, anunciando su llegada,
sin su fecha
de retorno, ni prisas para el olvido.
Que jamás
volará a otros mundos,
porque entre
nosotros
encontró su
estada.
Cuantas
veces conjeturo,
que no
quiero dejar la dicha,
que me
aferro a ella,
donde me
hallo
y el miedo
que me redunda,
se hace eco y
me recuerda,
que somos
menos que polvo,
y del mismo
lugar que vinimos.
Volveremos.
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