Vivo justificando
sensaciones.
Suponiendo mi acepto
por un prójimo
del que sí. Me
preocupo en lo más mínimo.
Muchas veces, por mis
obligaciones.
No conozco la pausa
en mis canciones.
Mi alucinación, es perder
el máximo
de tozudez, en ver
defectos próximos.
Tratando corregir, mis
decisiones.
Siendo, peor objeto
y mejor tipo,
pero nunca, embustero
persuasivo.
Ni de tu afecto, ser
un anticipo.
Brindar con un aliento
tan fruitivo,
tras del margen, de un
beso que destripo.
Cuando te paladeo tan
furtivo
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