viernes, 4 de junio de 2021

Testigo tácito de un antecesor criminal

 


En una excursión se conocen el guía y promotor de la misma con un pasajero, que participa en el viaje de un fin de semana a la zona turística del Bajo Aragón. Cuando por los apellidos y la franja de procedencia el organizador sospecha que pudiera tratarse de familiares de un ínclito personaje muy famoso en épocas pretéritas.

Responsable por su mala conducta de una serie de atrocidades que hicieron desestabilizar, además de a su familia a todos los vecinos, agricultores y propietarios de las masías limítrofes y perseguido por todos los Cuerpos de Seguridad de la región.

Sospechas que, a lo largo del viaje, fueron aclarándose y dando certidumbre al suponer del responsable de aquel viaje. Coincidiendo además por fechas, con los sucesos, y con la propia relación que habían tenido las dos familias. La del instructor del viaje, nacido a su vez allí mismo y la del personaje, que a la postre era familia allegada del excursionista.

Dando nuevamente el destino con el devenir de dos de las mujeres protagonistas y afectadas en aquellos descalabros. Ambas relacionadas íntimamente con los padecimientos y atrocidades que además de llegar a ser familia, fueron sin duda amigas íntimas y cuñadas… Dolores fue una mujer aguerrida a la que le fusilan a su primer marido y queda viuda con dos hijos de Francisco, que era guardia de Asalto, poco antes de la guerra del 1936, participando en diversos atentados con sangre. Pascual queda viudo y se amanceba con Alma, con la que además de un par de abortos, paren a un muchacho, el que tiene descendencia y la resultante es el viajero que participa en aquella excursión de fin de semana.








 

 


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