martes, 9 de marzo de 2021

Hombres casi; mujeres ¡todo!

Siempre recordará aquel primero de marzo de 1966, Graciano, aquel niño, que entonces era un pequeño muchachito. Miedoso, cauto y desorientado. Por todos aquellos marcajes anormales a los que estaba sometido por su padre. Un hombre que quizás no debió tener hijos. Ni tan siquiera compañera, a la que también sometía, y la muy paciente con el tiempo se vengó brutalmente. Allí aquel niño, tomó conciencia, de lo que más tarde está penado por ley y además muy mal visto por la sociedad. El abuso con el mal trato a las mujeres, y reproches. Que lastimosamente se siguen practicando con ellas. Ese machismo criminal, que impera y en ocasiones les llega a segar sus propias vidas. 

Aquel lunes primero de marzo, Graciano comenzaba a trabajar en una empresa. Una fábrica que construía, para el sector de la automoción accesorios, de muy buena calidad, donde se empleó como meritorio, __una especie de aprendiz administrativo.

Donde llevaría el papeleo más sencillo. De un taller mecánico abarrotado de hombres sin escrúpulos ni conciencia. Unos asalvajados, que de lo único que entendían y bastante, era de violaciones veladas e inconfesas y de maltratos habituales.  

Todos aquellos hombres, hijos de unos padres que habían soportado las bajezas y mezquindades de la guerra. Adultos que, de niños fueron amedrentados, por el miedo atroz en estado puro. Muertes, enfermedades, bombardeos en la ciudad, sin contar con el hambre, y la falta de suministro de alimentos. Incultura y necesidad de absolutamente todo. 

Gentes que al  crecer y formar familias, siguieron amenazando a sus mujeres, violentándolas para que fueran un cero a la izquierda, entrenándolas a no rechistar, ni tener punto de vista. Con las qué tan solo contaban para llevarlas a la cama, para mal follarlas, vejarlas y que les aguantaran sus vicios. Soportando sus miserias en silencio y carencias anónimas tan  escondidas. Mientras ellas debían permanecer mudas, hacendosas y sometidas. 

Preguntándose Graciano, si la brutalidad de aquellos energúmenos, les venía de sus padres, de la guerra, del hambre o la falta de absolutamente todo. No pudo contestarse en aquel tiempo, y fueron pasando los años y tomó conciencia y vejez. Así se puso a pensar aquel niño, que se había transformado en el Graciano adulto, que elucubraba, en voz alta.

__Ahora es todo un poco diferente, un mucho más equilibrado, sin llegar a estar del todo nivelado. 

Aunque totalmente equiparados mujeres y hombres, no lo están de momento, y estoy seguro que, se deberían hacer esfuerzos por igualar esas posturas. 

Convencido que, lo que hace un hombre, cualquier mujer, puede mejorarlo. 

No todas __me diréis, los recalcitrantes__ pero tampoco, todos los hombres son lumbreras. 

Ni tan siquiera equiparables. Los hay,  pero que muy torpes e incapaces para hacer algo en condiciones. 

De hecho, algunos no dan ni brote. Dejando que sus mujeres trabajen fuera de casa, hagan la compra, eduquen a sus hijos. 

Mientras estos, pasan las horas muertas en el bar, con la botella de cerveza en mano. Así que no creo para nada que estos hijos de Dios, tengan capacidad de mejora. 

Bien es verdad, que todas las reglas tienen sus excepciones, y la mayoría de personas piensan a su manera. Juzgar es tan difícil, que seguro, con alguien nos equivocaríamos.

Nada más tenemos que observar, con el ahínco que han defendido las féminas, su DÍA de la MUJER, en fecha del 8 de marzo. Movimiento legal que desde hace unos años presumen y yo creo, que es totalmente lícito. 

Igual qué, soy de la creencia, que una mujer tiene prestancia y vale para cualquier cosa, que pueda hacer un varón ¡Cuando vale; vale!, sin certificados que lo avalen.

Ustedes, vosotros ya entienden__ Acabó su pensamiento en voz alta, diciendo muy creído.

__Los hombres lo pueden hacer casi todo ¡Casi todo!  En cambio, las mujeres ¡TODO! 

 





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