Me dijeron: Tú tienes mucha suerte.
El mismo que me dijo: No te quejes.
Sigue en tu empeño fijo y no lo dejes.
Afronta tu ilusión que no revierte.
Y; yo le pregunté: Por qué me advierte.
El madrugar quizás, ¿Sea de herejes?,
No lo es, repuso: pero no te alejes
quien confía y se deja. No divierte.
En mis días, y noches. Por mis sueños.
No me dejes, no me olvides. ¡No ignores!
Mi esfuerzo y mi tesón, con mis empeños.
¡Suerte!, la esquiva. Démosle colores.
Existe, es mujer de ojos aguileños.
Si la enamoras sobran los favores.
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