lunes, 26 de octubre de 2020

Que Dios le sane.

Hola buenos días—Exclamó la voz del teléfono muy educada.

Soy Angel Custodio, enfermero del Ambulatorio de la Torre del Muerto ¿Es usted el paciente de la calle Desierta, don Santos Agobiado?

¡Sí yo mismo ¡Qué pasa! —.Amedrentado, preguntó, Santos

¡Nada, no se asuste!

Algo debe pasar, cuando me llama, ¡He dado positivo! ¿Estoy contagiado?!

¡No lo sé! Mire usted, le llamo por una visita que tiene pendiente en el Hospital del Cuento, con el doctor Bueno Simulo. El doctor no puede atenderle, porque está de cuarentena, y para adelantar trabajo de la consulta. Le atiendo, yo mismo. Así que desde aquí, le haremos una inspección a distancia por sus ahogos periódicos.

Y esa visita, de los sofocos alternos y la capacidad pulmonar. Me la va a hacer usted, desde lejos, con su varita de Ángel, enfermero, ¿en el lugar del Bueno del médico, que está jodido como yo?—Se recargó de oxigeno para responder y sin agresividad le propinó—Oiga señor Custodio, a que intentan jugar. ¡Esto es muy serio, no lo entienden !Además esta visita debería ser presencial.

Hace más de un mes que debieron llamarme, ¿No cree?, usted devoto Ángel.

¡Si bueno! Pero hay tantos en espera, que lo retrasamos y mire, por suerte, ahora le toca visitarse.

¿Visitarme por teléfono? Ya me dirá usted, como lo hará y me podrá comprobar si respiro mejor o peor, o es que tiene una varita mágica y me curará a distancia.

¡Oiga, no se ría, que hacemos lo que podemos!

¡No...Por Dios!, de reírme ¡Nada! Ni ganas que tengo, «con su gracia»—.Pensó mientras respondía

Tendría que llorar, viendo de la forma, que me tratan. Como si fuera tonto y encima quieren justificar, de la forma que pasan de todo y de todos.

Hace un año, estoy pendiente me curen, pero veo que eso se alarga—espetó el paciente.

¡A que esperan a tomar medidas conmigo y me sanan!

Esperaremos un poco más, porque igual se cura solo. Si no tenemos suerte, y seguimos así. Igual ni hace falta, volver a molestarle—Le susurró el enfermero

¡Sabe qué!, en el informe, pongo que se encuentra mucho mejor. Así que ya le llamaremos cuando podamos.

Una pregunta Ángel Custodio, ¿esta llamada se graba?, por casualidad

Pues mire, que le diga, antes se hacía, pero se nos acabaron las cintas—Le alertó con mil explicaciones—Vienen de la China, y aun no ha llegado el pedido, por lo tanto no se ha registrado ni una frase de nuestra conversación.

¡Que Dios le Ampare! Santos Agobiado, Porque lo que somos nosotros. No lo haremos. Andamos desbordados.

No se retire del auricular. Por favor responda a unas preguntas, son para mi valoración, le ruego atienda a mis compañeros para la estadística.

A veces, la imaginación, te lleva a situaciones, bastante semejantes a lo que ocurre en la realidad.






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