sábado, 24 de octubre de 2020

Piadosas, no existen

 













A ver quien puede más, cual es más gorda.

Mi mentira o la tuya. No comprendo,

por qué ser así. De verdad, no entiendo.

Sabiendo que mentir tiende y desborda.


Ni de placer nos llena, solo ensorda,

pretendemos gustar, atraer mintiendo.

Creyendo nuestros líos y sufriendo,

porque el percal lo notan y transborda,


y atiéndame usted, que el refrán no engaña.

Si el embustero no tiene memoria,

con el tiempo reiremos su patraña.


Piadosas no hay mentiras. Es notoria

la compasión, que a veces nos entraña.

Teniendo que fingir mal. ¡Se hace historia!








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