A
veces tus mentiras, me han hartado
por
afear, y ofender a quien se nombra.
La
injuria, el fraude; aquel que va y, se asombra
por
aludido, no siendo admirado.
¡Sí!...
Después en tu cárcel, abrazado
podrás
fingir por truhán y, “malasombra”
presumiendo
del paso por la alfombra.
Creyéndote
estupendo y lisonjeado.
No
nacimos ayer. Nos conocemos.
Aunque
finjas sabemos o, lo intuimos,
de
tu gran “martingala” y, no podemos,
permitir
tu presencia por tus timos,
en
nuestro entorno. No lo admitiremos.
Eres
incorregible y, lo sentimos
0 comentarios:
Publicar un comentario