Ahora
pienso y pregunto ¿Cuánto tengo?
Excusa
que uso con tanta frecuencia
que
se ha hecho en mi una norma sin licencia
del
cómo dilatar y así me abstengo.
Porque
lo evito, me ahorro me detengo,
continúo
sin tiempo y sin paciencia,
me
desquicia el intento de obediencia
y
ahora pruebo y tan solo me retengo.
Quizás
el tiempo que me queda es cero,
y
vivo de mi cuento y de mi espera,
por
eso elijo mi senda y prefiero
andar
libre por lo que finjan fuera.
Sin
dar pena ni gozo. Ser sincero,
y
lo poco que me ate a ti, no muera.
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