miércoles, 21 de noviembre de 2018

Si no fuera delito











Le cuesta creer mi voz cuando se alumbra.
Cuando le digo solo tu eres mía.
No habrá más mujer ni gozo en mi día,
que tu presencia de musa vislumbra.

Recela por la falta que deslumbra
mi sensatez en su duda y porfía,
y si hubiera algún cambio lo sabría
por lascivia y la envidia que descubra.

Me olvidarás con el tiempo y la muerte,
ella labra incesante por achares.
Sin pensar que igual yo muero sin suerte

y es ella; la que queda en mis lugares,
donde nadie la vio pecar y alerte
trocando miedos que imputaba a pares.















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