Que
se acerque quien quiera echar un trago
y
acompañar mis penas y las suyas
las
nuestras, porque fueron aleluyas
trinos
de pintacilgos con su estrago.
Congoja
de flirteo en mi naufrago
fracaso
al romper tantas olas tuyas
con
lágrimas que como torpes puyas
rodaron
cara abajo en cruel sufrago.
Uniendo
alma con alma, no es la suma
ni
bebiendo borramos toda huella
de
lo que pudo ser, así se esfuma.
No
volviendo a ver nada como aquella
ilusión
del inicio que perfuma
el
cruel trago que bebo de grosella
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