En
la tarde de ayer día 22 de mayo. Festividad de Santa Rita, se
celebró un encuentro poético en los salones de Raimon Llort de la
biblioteca García Nieto de Cornellá, que sobrepasó las estupendas
expectativas que desde un inicio se preveían.
Por supuesto los
poetas convocados hicieron acto de presencia con su cacharrería a
cuestas y sus milongas prolongadas entre el cartapacio de los
inventos, entre su pecho y su alma, entre lo bien querido y lo amado.
Sacando cada cual al interpretar a uno de los grandes de la
generación del veinte y siete, para deleitar a todo el público que
uniforme iba ocupando plaza en aquella sala donde tantas
exclamaciones artísticas, musicales y literarias se han oído a lo
largo de los tiempos.
Por supuesto los poetas convocados hicieron acto de presencia con su cacharrería a cuestas y sus milongas prolongadas entre el cartapacio de los inventos, entre su pecho y su alma, entre lo bien querido y lo amado.
Sacando cada cual al interpretar a uno de los grandes de la generación del veinte y siete, para deleitar a todo el público que uniforme iba ocupando plaza en aquella sala donde tantas exclamaciones artísticas, musicales y literarias se han oído a lo largo de los tiempos.
El
acto fue presentado por Carlos
Fernández,
siguiendo su estricto método de inicio, el que estuvo fluido a lo
largo de toda la gala. Que como guinda tuvo la presencia del
guitarrista Miguel
Ángel Pozo,
siendo el músico responsable del acompañamiento musical y el
generador de sensaciones inauditas.
Un auténtico y gran virtuoso del
instrumento, que domina a la perfección, dándole ese tempo de
esplendor que ya de por si conlleva su guitarra.
No
se retrasó su comienzo más que lo necesario para que los
asistentes— muchos por cierto, gracias al cielo—se pudieran
acomodar debidamente.
El cartel era muy serio, dedicado al justo
reconocimiento de uno de los Poetas del XXVII,
Luis Cernuda, al cual nuestros compañeros supieron recitar con ese
empuje y ese donaire con el que normalmente exponen sus odas y sus
poesías.
Además
de un "Cantaor Flamenco" de tronío que
nos deleitó con coplas de su repertorio.
José
Ferrón, añadiendo también su propia declamación evocando
a Cernuda, ya que nos recitó uno de los poemas del homenajeado y ya
citado intelectual.
Además
de un "Cantaor Flamenco" de tronío que
nos deleitó con coplas de su repertorio.
José
Ferrón, añadiendo también su propia declamación evocando
a Cernuda, ya que nos recitó uno de los poemas del homenajeado y ya
citado intelectual.
Nos
cantó una canción de Alberto Cortez, adaptada al flamenco, que
arrancó a más de uno la disimulada lágrima. Os adjunto la
canción "A
mis amigos",
original de Alberto, para que os hagáis una idea de lo que se
escuchó en la sala en la voz de José
Ferrón.
Un lujazo, un auténtico vendaval de sonidos penetrantes y agradables
que no podían por menos que acelerarnos el tiempo de la respiración
sosegada. Con lo que él mismo comenzó la tanda de poemas dedicadas
al autor del 27.El primer actuante poeta, fue Pauli Collado un
conocido artista de Cornellá, el cual se atrevió como está mandado
con dos poesías duras de Cernuda, que defendió de manera natural.
Consuelo Jiménez, poeta de la Asociación de Cornella le precedió
con otros dos versos elegidos del maestro, dándole esa magia, ese
tono que ella pone en sus declamaciones.
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