sábado, 27 de enero de 2018

Del coma al cómo





Prisca y Mario, tuvieron un accidente de automóvil muy duro, en la noche que va de fin de un año al primer día del inicio del siguiente.

Ahora se cumplen tres efemérides de lo sucedido.
El tema fue muy sonado en el barrio, eran muy conocidos. En él casi pierden la vida, las tres personas que viajaban en el Jaguar verde modelo: xk Australia.

Circulaban muy veloces y pasados de rosca y no digamos en cuanto a grados de alcohol en la sangre.

¡Vamos que llevaban una cogorza de suplemento! Sin contar con el prescindible blanco que se habían metido por las fosas nasales.

El tercero en discordia era un coleguita” común que traían de vuelta a casa la noche del disgusto; Telesforo Manrique, más conocido entre los amigos por Tesfor, que tampoco es que se librara de la quema, porque éste a la hora de la sonsaca de la alcoholemia ya en el hospital, dio cotas altísimas. Como vulgarmente se dice

__casi rompe la trompetilla de comprobación__ por lo borracho que estaba. Aún y considerando el meneo, fue el mejor parado de todos.

El único que quedó ileso a parte de las tantas magulladuras que recibió.

El cielo es grande y a veces las casualidades caprichosas, no lo son, ni siquiera son casualidades. Sirven para algo más de lo que se entiende y algunos de nosotros llegamos a vislumbrar.

El cielo está ahí; aunque a veces no lo creamos y, alguien no quiso que Tesfor tuviera más que un gran susto. Además de una experiencia inapelable para olvidar. Su ángel de la guarda le tendría reservada otra razón__ desconocida por nosotros__ mucho más importante, encomendada para con su amigo Mario.

Sin olvidarnos del sistema de seguridad de ese gran coche de lujo, ese airbag trasero volumétrico que le salvó la campana entera al amigo Telesforo.

A estos tipos temibles tampoco son de los que se les encajona como drogo dependientes habituales del vicio, la droga y el escándalo.

Son o se les conoce como bebedores habituales de fin de semana. Encasillando entre todos ellos, a gran cantidad de mujeres y hombres, que según parece disfrutan siguiendo esas pautas. Gente inconsciente que además les gusta el “mamoneo”, agarrar pedos descomunales y follarse al que se incline.

Aquella noche levantaron más el codo de lo normal y se metieron por sus narices, la raya continua de la carretera que une el globo, con el cielo y claro; eso pasa factura aunque seas joven.

Alterando incluso la vida de otros, que ni lo esperan, con lo que llegan a perderla por la desgracia de tropezarse con ellos.

Cuando emprendieron la marcha de retorno, tras la gran juerga no imaginaban todo lo grave que sucedería a continuación.
Dejando en la carretera unas cuantas victimas mortales, sin contar el panorama que les quedó a ellos tres.

Prisca, a parte de los remordimientos, no se le nota casi nada a primera vista, ahora que le ha crecido el cabello. Tiene puntos en la cabeza que le recorren toda la roza trasera, desde el comienzo de la frente hasta la oreja derecha bordeando el occipital. No tiene bazo, sus riñones están muy dañados.

Mario es diferente, se cree que quedará postrado en una silla de ruedas para los restos, cuando vuelva del coma inducido donde actualmente reside. Yendo bien la cosa, porque igual, de esa cama especial no puede levantarse por sí solo jamás.

Los pasajeros del coche contrario, los que iban tranquilos aquella noche camino del aeropuerto, para tomar un avión con destino a las Mauricio, no sobrevivieron. Los cuatro ocupantes murieron en el acto.

Las dos parejas de amigos que iban a pasar unos días de disfrute a las preciosas islas, se quedaron con las ganas y, perdieron ese vuelo, porque les esperaba otro viaje diferente.

Desde aquella fecha, tanto Prisca, como Tesfor se han portado con Mario como auténticos colegas, en esos tres largos y dolorosos años, cuidando al limitado Mario.

Visitándole y arropándolo, en esa habitación particular del gran Hospital General, de la ciudad, que sus padres reservaron. Sin dejar de preocuparse ni un solo día.
Ha sido una dedicación de auténtica amistad, más que eso.

Veremos que pasará en breve, porque a Mario ya le han suplantado el inducido y da señales de reactivacion vidal.
Entretanto y a pesar de no entenderlo nadie.

Prisca y Tesfor, se han enamorado y mientras cuidaban al aún novio de Prisca, han ido acalorándose también ellos y por lo visto en la propia habitación del inválido, han practicado su amor, jodiendo a los pies de su cama.

Tanto se entienden y aman que ya, tienen fecha de esponsales.
Ellos creían que Mario no se recuperaría jamás, lo daban por muerto.

Estimaban que no se enteraba de nada. Ni les atendía en todo lo que se decían, cuando se metían mano, riendo y mofándose del propio tetrapléjico, quejándose de como aguantaba tanto.

Lo suponían muy muerto, que no intuía lo que tramaban en su presencia.
Siendo el retroactivo diferente, Mario veía que si no espabilaba se lo perdía todo y lo mismo aquellos dos sinvergüenzas, explotaban alguno de los favores que su familia pudiera corresponderles por la relación de Prisca y Mario, antes del luctuoso accidente. ¡Quería vivir!
La que fue su novia, ya no lo honraba, le faltó el respeto de una forma mezquina.

Lo canjeó, estando asistido por el equipo de respiración artificial.
Mario lo sabía y decidió en definitiva, ¡Vivir! del modo que fuera.

Aquella mañana despertó, mientras discutían Prisca y Tesfor, sobre su situación y el universo de justificaciones que habían de dar.

Sin saber, la vergüenza que pasarían al conocer que Mario fue testigo de todo.









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