Prisca
y Mario, tuvieron un accidente de automóvil muy duro, en la noche
que va de fin de un año al primer día del inicio del siguiente.
Ahora
se cumplen tres efemérides de lo sucedido.
El
tema fue muy sonado en el barrio, eran muy conocidos. En él casi
pierden la vida, las tres personas que viajaban en el Jaguar verde
modelo: xk Australia.
Circulaban
muy veloces y pasados de rosca y no digamos en cuanto a grados de
alcohol en la sangre.
¡Vamos
que llevaban una cogorza de suplemento! Sin contar con el prescindible
blanco que se habían metido por las fosas nasales.
El
tercero en discordia era un “coleguita” común que
traían de vuelta a casa la noche del disgusto; Telesforo Manrique,
más conocido entre los amigos por Tesfor, que tampoco es que se
librara de la quema, porque éste a la hora de la sonsaca de la
alcoholemia ya en el hospital, dio cotas altísimas. Como vulgarmente
se dice
__casi rompe la trompetilla de comprobación__ por lo borracho que estaba. Aún y considerando el meneo, fue el mejor parado de todos.
__casi rompe la trompetilla de comprobación__ por lo borracho que estaba. Aún y considerando el meneo, fue el mejor parado de todos.
El
único que quedó ileso a parte de las tantas magulladuras que
recibió.
El
cielo es grande y a veces las casualidades caprichosas, no lo son, ni
siquiera son casualidades. Sirven para algo más de lo que se
entiende y algunos de nosotros llegamos a vislumbrar.
El
cielo está ahí; aunque a veces no lo creamos y, alguien no quiso
que Tesfor tuviera más que un gran susto. Además de una experiencia
inapelable para olvidar. Su ángel de la guarda le tendría reservada
otra razón__ desconocida por nosotros__ mucho más
importante, encomendada para con su amigo Mario.
Sin
olvidarnos del sistema de seguridad de ese gran coche de lujo, ese
airbag trasero volumétrico que le salvó la campana entera al amigo
Telesforo.
A
estos tipos temibles tampoco son de los que se les encajona como
drogo dependientes habituales del vicio, la droga y el escándalo.
Son
o se les conoce como bebedores habituales de fin de semana.
Encasillando entre todos ellos, a gran cantidad de mujeres y hombres,
que según parece disfrutan siguiendo esas pautas. Gente inconsciente
que además les gusta el “mamoneo”, agarrar pedos descomunales y
follarse al que se incline.
Aquella
noche levantaron más el codo de lo normal y se metieron por sus
narices, la raya continua de la carretera que une el globo, con el
cielo y claro; eso pasa factura aunque seas joven.
Alterando
incluso la vida de otros, que ni lo esperan, con lo que llegan a
perderla por la desgracia de tropezarse con ellos.
Cuando
emprendieron la marcha de retorno, tras la gran juerga no imaginaban
todo lo grave que sucedería a continuación.
Dejando
en la carretera unas cuantas victimas mortales, sin contar el
panorama que les quedó a ellos tres.
Prisca,
a parte de los remordimientos, no se le nota casi nada a primera
vista, ahora que le ha crecido el cabello. Tiene puntos en la cabeza
que le recorren toda la roza trasera, desde el comienzo de la frente
hasta la oreja derecha bordeando el occipital. No tiene bazo, sus
riñones están muy dañados.
Mario
es diferente, se cree que quedará postrado en una silla de ruedas
para los restos, cuando vuelva del coma inducido donde actualmente
reside. Yendo bien la cosa, porque igual, de esa cama especial no
puede levantarse por sí solo jamás.
Los
pasajeros del coche contrario, los que iban tranquilos aquella noche
camino del aeropuerto, para tomar un avión con destino a las
Mauricio, no sobrevivieron. Los cuatro ocupantes murieron en el acto.
Las
dos parejas de amigos que iban a pasar unos días de disfrute a las
preciosas islas, se quedaron con las ganas y, perdieron ese vuelo,
porque les esperaba otro viaje diferente.
Desde
aquella fecha, tanto Prisca, como Tesfor se han portado con Mario
como auténticos colegas, en esos tres largos y dolorosos años,
cuidando al limitado Mario.
Visitándole
y arropándolo, en esa habitación particular del gran Hospital
General, de la ciudad, que sus padres reservaron. Sin dejar de
preocuparse ni un solo día.
Ha
sido una dedicación de auténtica amistad, más que eso.
Veremos
que pasará en breve, porque a Mario ya le han suplantado el inducido
y da señales de reactivacion vidal.
Entretanto
y a pesar de no entenderlo nadie.
Prisca
y Tesfor, se han enamorado y mientras cuidaban al aún novio de
Prisca, han ido acalorándose también ellos y por lo visto en la
propia habitación del inválido, han practicado su amor, jodiendo a
los pies de su cama.
Tanto
se entienden y aman que ya, tienen fecha de esponsales.
Ellos
creían que Mario no se recuperaría jamás, lo daban por muerto.
Estimaban
que no se enteraba de nada. Ni les atendía en todo lo que se decían,
cuando se metían mano, riendo y mofándose del propio tetrapléjico,
quejándose de como aguantaba tanto.
Lo
suponían muy muerto, que no intuía lo que tramaban en su presencia.
Siendo
el retroactivo diferente, Mario veía que si no espabilaba se lo
perdía todo y lo mismo aquellos dos sinvergüenzas, explotaban
alguno de los favores que su familia pudiera corresponderles por la
relación de Prisca y Mario, antes del luctuoso accidente. ¡Quería
vivir!
La
que fue su novia, ya no lo honraba, le faltó el respeto de una forma
mezquina.
Lo
canjeó, estando asistido por el equipo de respiración artificial.
Mario
lo sabía y decidió en definitiva, ¡Vivir! del modo que fuera.
Aquella
mañana despertó, mientras discutían Prisca y Tesfor, sobre su
situación y el universo de justificaciones que habían de dar.
Sin
saber, la vergüenza que pasarían al conocer que Mario fue testigo
de todo.
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