sábado, 28 de noviembre de 2015

Eldha, ¡Enterrada viva!




Anoche en la librería Athenea, lugar para perderse con las buenas letras. Se presentaba el libro de nuestra compañera Angeliq Pfitzner, nacida en Múnich y afincada en España, cuyo título es el de: ELDHA.




Espacio el de Athenea y de los cuatro Gatos de Serret, "Els 4 Gats d'en Serret"; Donde casi todos sus amigos y compañeros o casi todos, porque hubo ausencias notables, nos dimos cita en el precioso lugar, sito en la calle Aragón 108, en el ensanche de la ciudad de Barcelona.




Librería que ha sido reformada y está regentada por Marta Mirosa, una perfecta anfitriona que acompaña perfectamente con su presencia estos eventos literarios a los que ella ha de recargársele mucho del éxito que se obtiene. Desde aquí le deseamos mucha suerte y salud para que pueda hacer del lugar un territorio fértil y literario, como es el otro punto de la bilogía. La librería Serret en Valderrobres.

Tan ilimitado es el hecho de agradecer infinitamente; para cualquiera de los ponentes, que además presentan obra, sea recibir a las personas que se interesan por la misma, y que además se lleven un ejemplar del libro escenificado, debidamente dedicado y abonado en caja.




El músico que aportaba la organización, afinaba pacientemente su guitarra eléctrica, para que llegado el momento de la lectura de alguno de los pasajes que leería la novelista, fuera debidamente musicado.

Nos reunimos amigos y compañeros de Angeliq, pero como ya se comprende faltaron personas a las cuales todos nos hubiese agradado saludar. No podemos achacarlo a nada que sea una regla fija. Ni que se eligiera un viernes en la noche para la promoción. ¡No es pretexto! Sabemos que mucha gente sale de fin de semana, pero más queda en la ciudad y que no hace el mínimo esfuerzo por acompañar en un instante como es; la puesta en escena del libro de un compañero.
Aún y así sobre treinta personas presentes en el marco incomparable de Athenea, escuchamos las palabras de la escritora y de su acompañante una señora muy seria, que dijo ser la editora y aportó escaso apoyo a Angeliq, por lo exiguo o nada que ayudó a la expansión de Eldha.

Pfitzner, vino a presentar su libro, una novela de intriga, que promete y que leeremos muy a gusto para después dar nuestra opinión literaria, pero que de entrada y según las explicaciones de la autora puede ser de una intriga inquietante y de un miedo incontenido. Ya les haremos a posteriori esta observación. Ahora se trata de ensalzar las virtudes del acto y de su presentación en la ubicación reseñada de un viernes por la noche.

La escritora poeta, como ella misma se declaró ante la más o menos treintena de espectadores que nutríamos el total del espacio y que la acompañamos en la sala, nos confesó que no tiene una línea definida al escribir, que no cuenta con una escaleta, ni con un esquema preciso para desarrollar su historia. Tampoco comienza a rasguear como lo hacen algunos autores, cuando ya tienen el título del libro, ni tampoco escribe sabiendo el final, de la novela o cómo acabará la historia que emerge. ¡No! ¡Así no! Ella se pone frente a una hoja de papel y le van fluyendo, segregando y manando los personajes, las escenas, los perfiles, las casuísticas, los enredos, los líos y los va dibujando en ese formato legible, sin discriminación de un modo feroz, para después pasar al despeluchado, al hilvanado de las letras, corrección de diálogos, retoque de escenas y de instantes brutales con sus momentos, florituras escénicas y perfiles dosificados.

Tampoco es amante de conservar a sus personajes después del final de la novela, dice literalmente_: “los envía de vacaciones al caribe”.

No es amante de tener unos intérpretes fijos, con nombres y apellidos, con oficios declarados, que pertenezcan a los cuerpos de seguridad del estado, ni que sean detectives a los que haga protagonistas de todas sus novelas y que vayan consumiendo historias y acaecidos, en esta y en sucesivas ediciones. 

Ella, la Pfitzner ama, respeta y fiscaliza a sus personajes, que los piensa, que siempre serán propiedad de ella, pero que no los usa y abusa más que para la patraña de la novela que los hace lucir.

Así los puede poner a padecer, actuar, quizás los hace reír, hablar.
Los trata genial y además usa para darle un padecer, y disfrutar hasta extenuarse, llegando al punto de asesinarlos o resignarles a la vida, pero jamás dejarlos olvidados ni plantados.

La autora en uso de la palabra nos explicó varios detalles, que quizás no debía haberlos descubierto, porque según nuestro entender pertenecen a la exclusiva propiedad del autor y de nadie más.

Sin embargo se mostró cómoda en su leyenda, a la vez que el músico, con su guitarra, conseguía unos extraños sonidos que acompasaban con la fabulación del extremo de la lectura. Hubo personas que quisieron preguntar, sin talento y pudieron colocar a la ponente en un jardín sin flores. Otros vaticinaron suposiciones que ellos creían y que la autora admitió, no sin poner cara de sorpresa.

La poca ayuda que recibió por parte de la señora editora, fue tan nimia, que pasó desapercibida, tanto que hasta su nombre desconocemos, primero por no reseñar encima de la mesa su apellido ni a la empresa que pertenecía y después por la poca contribución que ofreció a la novela de Eldha.













  

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una buena manera de decir las cosas a la cara y sin mediadores. Imagino que vosotros los escritores, debéis aguantar lo que quieran los editores, porque en estos días les costaría publicar hasta a los mismísimos: Neruda, Ruben Darío y Agatha Cristy por la cantidad de oferta que existe.

Angelique Pfitzner dijo...

Muchas gracias Emilio Moreno por tus letras . Empecé la presentación con una frase que escribí y que así siento: Apoyar a la cultura es senda de riqueza en el presente, motor de vida, oportunidad a la juventud, herencia del mañana. GRACIAS por tu apoyo a todos nosotros los escritores ! Un abrazo enorme! Angelique Pfitzner

Marta Mirosa (Llibreria Athenea) dijo...

Gracias, Emilio, por tu crónica y tus conmovedores comentarios, de verdad. Es un honor empezar un proyecto impregnado de letras, espacios en blanco -suspiros-, y sensaciones encontradas, contando con el apoyo y presencia de personas -amantes de pluma en mano y/o pluma plasmada-, como tú, Angelique, Octavi, José Luis Muñoz, Carlos Rubio... Y tantos otros que estoy teniendo el placer de conocer.

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