Viene del capítulo anterior: Muda y sujeta
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Warren, tiene trece años para catorce, es un niño muy agudo y muy listo,
cerebral como su progenitor, y con tendencias a ser un desapegado, pero con el
amor y el cariño que le damos, espero conseguir que sea un buen hombre, que
respete a los demás y que sea un hijo estupendo_ dijo Carla, no sin algo de
remordimiento y no creyendo lo que decía_ Sabes que pasa_, continuó alegando_ nosotros; mis padres que lo están criando, no
le dan libertad para hacer lo que realmente le viene en gana. Lo sujetan, como
lo hicieron conmigo, pero a estas alturas de la vida, Warren no soporta estar
oprimido por los abuelos.
Le
debe venir de los genes, pero veo a mi hijo algo descarado y con tendencias a
buscar líos.
Entre
los amigos que son todos unos niños_ siguió apostillando_, no les veo
demasiadas ganas de labrarse camino, no les gusta estudiar, mienten, fuman, se
masturban más de la cuenta y creo que tontean con drogas, se están malcriando.
Dicen
los abuelos, que ellos no están aquí para instruirle, que ellos tan solo lo
mantienen mientras yo, me dedico a mis sucesos_ calló con picardía e hizo un
mohín. Disimuló algún detalle más que sus padres le echaban en cara; y que evitó
reproducir. <“No le dedicas ningún cariño ni atención a Warren, parece sea
huérfano>”_ pensó para sus adentros_ y siguió argumentando de
carrerilla mirando a Cándido con remordimiento_. Me dedico a mi trabajo, mis
amigos y apenas le brindo el tiempo que debiera_ Se detuvo pensando en las
palabras que había pronunciado y extendió con una sonrisa amarga en los
labios_. Además yo ese pensamiento y
actitud de,” criarlo como dios manda”; lo apruebo, por su edad y porque aún no
está preparado para campar por sus fueros como a él le venga en ganas. A menudo
me siento culpable de no ser una madre como lo fue la mía para conmigo y eso me
destroza_ Sin detenerse más que para tomar aire, siguió diciendo_. No tengo
ninguna queja, de momento, pero ¡ya me entiendes!_ miró a Cándido como
queriendo buscar complicidad_ es muy joven para dejarle tan libre como
pretende.
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Vamos a ver, yo quizás sea el menos indicado para dar consejos a una madre,
preocupada, que ya entiendo está en la labor de corregir esas tendencias de su
hijo, pero de ello depende que el día de mañana sea persona con principios y
gente de bien. La tarea que hacen tus viejos, es de mucho valor, aunque él; tu
hijo no quiere entenderlo, ¡además que no está para esas cosas!, es muy joven y
creo que hasta el momento tú no puedes cambiar las normas de cómo están_
Cándido en el uso de la palabra, argumentaba_: Tal cual me pasa a mí, cuando
estoy con mi Olga y paso días en su
compañía, hay detalles que no me parecen
del todo bien, sin embargo no puedo ni quiero modificarlos, sería desautorizar
a mis padres y dar una razón a la niña que aún no está capacitada para
autoabastecerse.
Es
bien verdad, que nuestra ausencia, a nuestros hijos les afecta, y además con
esos cambios de enfoque que sufren a lo largo de su infancia les llega a perturbar.
Una
temporada estuvo Olga, viviendo con Natacha y sus vicios, sufriendo la clase de
madre que era. Las compañas que tenía y además con quien y como se jugaba la
vida, pero yo no estaba allí para corregir esos desmanes y permitía que mi hija
viviera en esas condiciones_ anunciaba con amargura y resentimiento y dejando
vislumbrar una lágrima en sus ojos sollozó diciendo_: Notando la niña con los
hombres que se mezclaba la madre y se follaba en cualquier parte de la
vivienda. Soportando las borracheras de los tragos que bebía y la poca
dedicación que le daba a la casa y se daba ella misma.
Olga,
vivía en prácticamente la indigencia. Pusimos medios rápidamente_ se escuchó
sus argumentos resignado y reseñó_. Digo pusimos remedio. ¡Cómo me excuso!, ¿lo
ves?
Yo
no estaba allí para implantarlo, lo hicieron mis padres y sigo diciendo: que
pusimos remedio_ apuntó apenado_ fueron
mis viejos, los que han tenido que lidiar ese y tantos asuntos tan jodidos,
mientras yo, estaba fuera.
Aunque
quiera suavizarlo, yo tampoco soy un buen padre, disto a mucha distancia de lo
que fue mi viejo para conmigo y del valor que tuvo y lo que hizo para que yo
por lo menos no me faltara el afecto familiar.
Cuando
imagino lo que debe pensar de mi proceder mi madre, me da mucha vergüenza.
Ella, se quitaba de la boca el pan para dárnoslo a mí a mis hermanos y nunca se
marchó a buscar nada que no pudiera ganarlo cerca de sus críos. ¡En cambio yo!,
con menos complicación, ¡Que hice! Pues lo fácil; ausentarme de casa, renunciar
a mi deber y fallarles otra vez, abandonando a mi hija bajo su tutela,
despreocupado de todo y creyendo que les estoy dando de comer.
Carla,
¡Mi vida es una burrada! Sabes qué, nos han dado la noticia de que Natacha, mi
ex compañera, sale del presidio en breve y nos reclama la niña con exigencias.
Quiere
que Olga, vuelva con ella, ¿para qué? ¿Cómo me puedo fiar de una prostituta que
no se quiere ni a ella misma? ¡Quien se fía en que no ponga a la niña en una
esquina! ¡Imagínate como está de humor el
abuelo!
Un
tipo mi viejo; que no sabe resolver las cosas si no es a golpes; qué puede
pasar en Sabadell, cuando aparezca la rusa, con esa pestilencia a perfume
barato y con ese aliento de vodka que tira para atrás, intentando separar a la
nieta de los abuelos. ¡Te imaginas!
Ni
siquiera me han dicho que el problema es mío; que vuelva a resolver el
entuerto. Estoy seguro que ellos, lo sabrán hacer de la mejor manera, para que
a Olga no le falte de nada y además no se la lleve la madre.
Comprendes
ahora mi padecer, por eso no puedo volver a fallarles de nuevo, no podrían
resistirlo, están criando a mi hija mientras yo estoy haciendo chistes y
hablando de cosas que no van a ninguna parte.
El día
de la Demostración en Managua, había llegado.
No
faltaba detalle, nadie estaba desinformado de cuál era su ocupación en el embrollo.
Los encargados de las diferentes acciones de infraestructura esperando la hora
marcada, los artistas de la representación tan nerviosos como si se tratase de
un estreno en el Coliseo, en una función de renombre, que fuera a cambiarles la
vida.
Los
directivos de Schissen Lecker puestos de largo. Más presumidos que las propias
artistas de un Women match club.
Manuel
García de la Serrana, con el timón de mando y en las instalaciones del Gallo
más Gallo, mandando, ordenando y resolviendo detalles de última hora.
Ya
estaban instalados los bártulos para que la demostración se hiciera sin el más
mínimo incidente.
Los
mecanismos del wáter cósmico dispuestos en tres ambientes distintos.
Tres
escenarios separados. Instalados sobre una corona volante, plana y móvil del
diámetro del entarimado.
Sujeta
desde el eje en el suelo a modo de carrusel, soportando el peso del mobiliario,
decorados y anejos del conjunto del retrete sanitario.
Ajustándose
ese espacio al frontal a las butacas de la sala de proyección del espectáculo.
Calculado
simétricamente entre los cortinajes de la grada principal. Como en los magníficos
y extraordinarios teatros, que en lugar de desmontar los decorados en cada acto
por parte de los tramoyistas. Con la simple rotación del engranaje desde un
mando a distancia, gira en sentido a las agujas del reloj y soportando los
ornamentados, aparece un nuevo ambiente frente al patio de butacas de la sala.
Presenta
otro escenario distinto, con otro wáter dispuesto para que entre también otro
actor y represente otra modalidad del wáter cósmico, dentro de la higiene y
limpieza de los genitales humanos.
Otra
opción dentro de las variantes que posee el gran artilugio lavaculos, para una
nueva y diferente escenificación. Otro adornado que definía la siguiente escena.
Con mobiliario diferente, dispositivo desemejante del escenario anterior, con
otra peculiaridad para no mezclar ambientes.
Amplio
y anchuroso aquel entarimado con la más avanzada tecnología para representar un
espectáculo no habitual y ni mucho menos imaginado.
El
wáter que limpia el culo tras la deposición. El sanitario que sanea las partes pudencas
sin el más mínimo esfuerzo, tras una micción_ o sea; después de mear, para ser
más claros: sanea, sacude y seca el rabo.
El
amable lavatorio que no deja mácula infecciosa, ni detritos ni bacterias tras
una sana y rápida desinfección, actúa eficaz
una vez acabados los actos fisiológicos a los que están obligados los
humanos por razones funcionales.
Los
actuantes concentrados, nerviosos y preparados para escenificar su papel dentro
de aquella película demostrativa de cómo serían a partir de un tiempo aquellos
momentos privados dentro de un retrete.
Cheo,
Cándido y la guapísima Cinta, que ya lo habían ensayado suficientemente
esperaban el momento de salir a escena a mostrar cómo se actúa frente a un
artilugio que te sacude el glande después de mear.
Limpia
el culo después de cagar y asea; y
desinfecta, además de enjuagarte la vagina después de cualquier función
fisiológica requerida, con el cariño de un robot sanitario.
continuará
to be continued...
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