Todo estaba dispuesto
desde días antes. Una promoción a escala de barrio tampoco se hace: “cosiendo y
cantando” Qué menos que una atención para aquellos amigos que en definitiva
dejan de hacer sus asuntos para acercarse a acompañar al escritor. O, aquel
desvelo del autor de la novela, para que todo esté en su ley, en su espacio y
no quede pendiente cualquier detalle que pueda llevar al traste el lance.
El amigo Sergio de la
Llibreria Les Hores, un tipo sereno, atento y directo. Ingeniero de obras y
tratados, entendido como pocos en los temas literarios publicados.
Garantía de consejos ilustrados y recomendaciones sobre autores actuales y no tan modernos, guía práctica y asesoramiento el que te acerques y requieras su opinión. Lo defino como le califiqué anteriormente: Ingeniero de obras y de tratados, ya que así son los buenos libreros, esos que de verdad, se leen todo cuanto les llega a las manos, aunque lo lean en diagonal, o simple y moderado, lo ojeen en transversal, y dejen tan solo sin acabar de leer, aquello que les cause penumbra o desolación sobre el estante.
Garantía de consejos ilustrados y recomendaciones sobre autores actuales y no tan modernos, guía práctica y asesoramiento el que te acerques y requieras su opinión. Lo defino como le califiqué anteriormente: Ingeniero de obras y de tratados, ya que así son los buenos libreros, esos que de verdad, se leen todo cuanto les llega a las manos, aunque lo lean en diagonal, o simple y moderado, lo ojeen en transversal, y dejen tan solo sin acabar de leer, aquello que les cause penumbra o desolación sobre el estante.
La noche del cinco de
noviembre del año MMXV; se entraba en la franja del horario establecido y las
veinte horas tenían su límite franquiciado para el comienzo. En la bonita
librería de la calle Torrefigueras, se preparaban las comodidades necesarias
para recibir al personal asistente, sin aquel boato ni aquella enjundia que se
usa en otros escenarios con el ritual del mostrador con sus correspondientes
etiquetas para designar a cuantos hablen en pro de la novela y que acompañan al
escritor.
Nada de eso, cómodo
como en el recibidor de cualquier domicilio, o en su caso en la pura biblioteca,
rodeado de libros estupendos, de fotos de autores ya fenecidos y alguno que
todavía escribe, dos butacas. La primera para el introductor y director de la
propia librería y la segunda para un servidor que hacía las veces de vendedor
de letras, de detallista de la novela, de exportador de ilusiones y de mercader
de la obra.
Acomodos preparados
para los que iban llegando, y de pronto el nivel de decibelios de
aquella estancia ascendió súbitamente, el personal iba entrando y
algunos se conocían y saludaban otros comentaban, y todos a
la expectativa de lo que se diera antes del inicio del acto.
El speaker tomó la
palabra y anunció con voz intemperada: ¡¿Comenzamos?! Preguntando y a la vez
exigiendo que se prestara la máxima atención y ese fue el pistoletazo de salida
para el inicio de la exposición.
Los amigos que me
rodeaban eran todos, desde el primero hasta el último, aquel señor que no
conocía pero que se había acercado para adquirir una novela porque se había
visto interesado por el argumento que ella misma plantea.
Se hizo una
rememoración sin descubrir nada del entramado del libro
y después comenzaron las preguntas realizadas por cada uno de
los que quisieron intervenir y que de alguna forma, querían entrar en el
minúsculo secreto de lo que trataba la historia.
No se quedó nadie con
las ganas de averiguar, y descubrir aquello que le fuera de interés y sin
que fuera pesado, ni tormentoso de manera fácil fueron pasando con su novela
recién adquirida a que se la firmara.
Las fotos que se
acompañan, son un inicio de ellas que a medida vayan llegando las iremos
sumando a las mismas.
2 comentarios:
Excelente descripción para la presentación de "Me bajo en triunfo". Y lo de "Ingeniero de Obras y de Tratados", me encantó. Es una definición precisa y marketera para un buen librero. Nada más que decir. Sólo desearte éxitos en este hermoso caminar de la literatura Emilio.
Descripción precisa para una buena presentación de "Me bajo en triunfo". Y lo de "Ingeniero de Obras y Tratados" me parece genial". Una definición marketera y elogiosa para un buen librero. Enhorabuena Emilio.
Publicar un comentario