Una de las monjitas
aspirantes a los votos, la novicia que
había salido a recibir a Javier a la puerta del Convento, Remedios, había
desistido y sin poder aguantar se le escapó un orgasmo vaginal afónico y disimulado
para los demás que la dejó blanda como gelatina.
Todas las mujeres de
la sala, religiosas o no, estaban más felices y haladas que un niño con un
juguete. Ya era imposible atender a las explicaciones del vendedor que sabía
del efecto que originaba aquella venta con ejemplos vivos y con actores, hasta
que Javier, para no pecar de ignorancia del sensitivo mensaje que daba
Severiano, al perder los papeles de su actuación y hacer de su capa un sayo.
Detuvo la exposición, dando órdenes al cómico para que comenzara a volver a la
pura realidad.
Pura vida, decía apabullado
el actor Severiano, dentro del polígono del wáter cósmico, con una regalada placidez
que irradiaba a todos sin excepción, mientras se vestía para salir y situarse
en la zona invisible del propicio escenario, que habían instalado en el
Convento de la capital Tica.
A partir de entonces, sería
un placer ir a cagar. Un auténtico lujo orinar con la ayuda e intervención del “wáter
closed” Cósmico y no digamos si el usuario pretendía procesar el recurso
completo. Las tres marchas del ingenio. Sobre todas ellas, la más cumplidora,
la indicada como Lavado e Higiene, la última opción del panel de mando del
Schissen Lecker.
La decisión de
adquirir el nuevo lavatorio era de estar a la última de los nuevos conceptos en higiene personal e íntima y en
primera página de darle capricho al tan denostado mundo del tránsito y
digestión estomacal. Una ayuda tecnológica que adelantaba en cien años el
cuidado de las zonas íntimas de cada cual, con el exclusivo y perfecto modo de
limpieza, evitando contagios ajenos en las partes nobles, adquiriendo una
exclusiva y decorosa limpieza, ganando en seguridad tras la salida de los excusados
públicos, los retretes de la oficina, de la estación del metro, o del domicilio
de los amigos.
En el escenario se
fraguó un triunfo para los artistas del Grupo Caniche, nombre artístico de los
dos humoristas españoles, Cándido y Cheo, que actuaban en el escenario del
Nacional de Managua , ni más ni menos que el Rubén Darío.
Representaban un
diálogo gracioso entre los dos, haciéndose venir vivencias, alegrías,
tristezas. Todo mezclado, dándole un toque de comedia, manteniendo a los
espectadores completamente concentrados en el espectáculo. Llevándoles a la
meta de sus propósitos, la risa, transportándolos a la profunda diversión y
despejándoles las fatigas que conlleva la rutina. Muchos asistentes veían
reflejados hábitos del todo reconocibles, ya que su actuación humorista, se
basaba en la realidad actual, sin comentarios políticos, ni inventarios de
crítica alguna, barajando lo imponderable e hipotético a nivel de elocuencia y
de colación con detalles muy habituales en la vida y, en el comportamiento de
las gentes llanas.
Su gracia innata y sus
dotes encima de la tarima dramática, dieron con la complacencia del respetable que
llenaba el patio de butacas, aparte de lo que improvisaban en sus coloquios y
diálogos, hacían participar al público asistente. Pasando por la sátira a los
personajes de la alta sociedad, sin nombrar a ninguno y sin menospreciar su
impronta.
Allí estaba Metchild y
Manolo, riendo con los gags y bromas, disfrutando de un placer en tiempo
alquilado, que les debía llevar sin remisión a gozar de una noche de piel con
piel. Ellos, entre risa y chiste, se tocaban, se besaban y se prometían el
cielo. El deseo podía más que la ilusión y el ansia les hacía aguantar aquella
actuación de aquellos comediantes tan donosos.
Cándido y Cheo,
divisaron a Manuel García de la Serrana en uno de los palcos acompañados de una
mujer y aprovecharon para escenificar con mucha gracia comentarios que el
propio Manolo les había explicado en el vuelo trasatlántico que los tres habían
realizado procedentes de Madrid, hacía Nicaragua. Como buenos bufones, memoria poseen
y algunas de las anécdotas veniales que explicó el comercial con referencia a
su amor tan ansiado, salieron a la palestra, como si fuese o estuviese escrito
en el guion de interpretación de aquella gala.
_ ¿Saben que en este
mismo precioso teatro nos está escuchando y mirando un enamorado de lo
imposible? _ dijo Cheo con doblez, queriendo provocar la risa o la sorpresa de
Manolo, siguiendo con la presentación_. Vino hace muy pocas horas con destino Managua
en el vuelo procedente de Madrid, y busca a su amor entre todas las muchas
señoritas o señoras de este precioso país ¡Pues creo que no ha tardado en hallarla! _
mirando al palco donde se encontraban les citó acercándose lo más posible a
ellos, desde el límite del escenario_ Manolito, mi niño preséntanos a ese
bombón de mujer y danos la fórmula del éxito. Compadre, que la mayoría de los
mortales también sueña_. Finalizó el comentario, con un movimiento sexi, que
puso al respetable en guardia, previendo lo que se avecinaba.
Manuel se levantó orgulloso de la butaca y con
la mano les envió un abrazo, para seguir a renglón seguido con cariño y ayudar
a levantar de su asiento a Metchild, para que la aplaudieran, ella; muy linda supo comportarse y ayudar a que
siguiera la chanza de los Caniche. Una sonrisa abierta mostraba una dentadura
perfecta y el foco cenital del teatro fue a buscar la silueta de la bella
mujer, que estaba encantada con aquella sorpresa inesperada. Supo agradecer el
rayo de luz recibido para mostrar su encantadora figura y unos besitos enviados
al respetable.
Fue inicio de un estruendoso aplauso del patio de butacas que la señorita dedicaba y conseguía para ellos, los amigos de la escena. Un laurel visible en una de sus primeras actuaciones en el país.
Fue inicio de un estruendoso aplauso del patio de butacas que la señorita dedicaba y conseguía para ellos, los amigos de la escena. Un laurel visible en una de sus primeras actuaciones en el país.
_ Dime amigo Manolo,
¿Te esperaba la dama? O, has tenido que buscarla entre los tantos lugares
bellos que tiene esta ciudad_, interrogó Cándido al entusiasmado espectador,
que no se esperaba ser requerido por los actores del diálogo humorístico_ Por favor que le acerquen un micrófono a ese gallito, tan presumido_, dijo Cheo
dándole marcha a un ayudante tramoyista para aproximarle un inalámbrico. El asistente,
sabiendo que ellos trabajaban en conexión con el espectador, tenían previsto
toda la infraestructura y no tardaron en llevar el deseo de los actores al
palco.
El vendedor, tomó el fono
diminuto y dejó caer sin más_ Felicito a todas las damas Nicas, por su gracia y
su embeleso. La verdad, es que ¡Sí! me esperaba, sin embargo me ha hecho la prueba
del algodón. Hasta que no se ha cerciorado que mi Adn correspondía, no me ha
dado un beso, y he padecido bastante, porque creí fracasar.
Los aplausos no se
hicieron esperar y Manolo prosiguió_ He sufrido el mejor de los enredos de mi
vida, he sido embaucado por mi chica_ mirando a Metchild con cariño, hizo un
inciso_. La cita estaba prevista, y se cumplió la hora, la fecha, pero se ha
presentado en primera instancia una amiga suya.
Por cierto muy guapa y
me ha hecho dudar, temblar y rezar. Aunque lo tenía todo muy previsto y fue,
ahora que lo pienso, muy agradable, propio de una mujer inteligente y difícil
de engañar.
_ Eso de regalar el
Adn, es indispensable para las relaciones íntimas y ya te pilló_ dijo con
gracia Cándido_, ¿O quizás estás en este país por algo más? No valen las medias tintas ni los embustes,
contesta con verdad o calla, que pasaremos a otro chiste, si el silencio es
prolongado_ siguió apuntando directamente el compañero de Cándido, el glorioso
Cheo.
_ Bueno, para ser
sinceros he aprovechado una muy buena chance, y venir a Nicaragua, a presentar
mi producto estrella, el wáter cósmico, del que ustedes escucharan hablar muy
pronto por los patrocinadores nuestros y por la propaganda de radio y
televisión en este su país _. Acabó sus palabras Manolo, mirando al foro y
observando que estaba de bote en bote, aquel teatro maravilloso.
_ ¡Por cierto amigo! _
siguió Cheo en su cuchufleta diciendo y construyendo una propaganda sin medida
desde aquel escenario_, me dicen que es un cacharro, que nos hará ¡Cagar de
película! Y que además no necesitaremos tisúes para limpiarnos el ojete, que él
mismo nos lava, nos arropa y nos deja la “cuca”… la pilila, no sé cómo se dice
aquí. La pichita morcillona, a los hombres, pero que a las mujeres les quita
las penas con caricias de agua con jabón.
_ Dicho así, de
frívolo suena muy demoledor, sin embargo, es un invento del que muy pronto
todos estaremos en condiciones de usarlo de disfrutarlo y de gozarlo.
Manolo iba a
continuar, pero fue cortado por los humoristas, porque ya se les iba de las
manos tanta promesa que no venía al caso_. ¡Corta el rollo pollo! Que si te dejamos
nos vendes hasta las entradas del próximo espectáculo, sin darnos cuenta.
El regidor del
escenario, hizo un gesto a los artistas, y estos solicitaron un fuerte aplauso
para el simpático amigo que había intervenido en la comedia, que el grupo
Caniche ponía sobre las tarimas del Rubén Darío.
El espectáculo
prosiguió en su punto cenital, con otros acudidos y risas por doquier con los
gestos y matices artísticos que atesoraban estos comediantes.
Manuel apretó con tino
la mano de Metchild y le regaló un beso en la boca, mientras ésta pensaba en
toda la diversidad y dulzura que tenía su amante, venido de España, divorciado,
y que una vez resuelto su trabajo, deberían plantearse la continuidad de su
relación.
Detalles y consejos
que previamente le había ofrecido su amiga Carlota, que no fueron atendidos con
la enjundia necesaria por la enamorada Metchild. Siguieron manoseándose
delicadamente mientras duró la comedia y una vez el espectáculo finalizó,
fueron a saludar a los camerinos a los componentes del dúo Caniche.
Metchild Sröeder, una
mujer despampanante, que sabía muy bien lo que quería. Recién salida de un
affaire con Julen, el que fue su amante y compañero, tras estar varios años
sola por la crianza de su hijo René y su gran esfuerzo profesional para conseguir
el ansiado ascenso en la poderosa empresa Nicaragüense donde trabaja en un
puesto destacado. Ahora su tiempo lo
quería compartir con el amigo que conoció a distancia y que tan buenas migas
hacían desde el principio. No pretendía enredarse en grandes distracciones
aquella noche, con los empalagosos humoristas. Ya eran suficientes risas y
bromas, durante aquella velada y en la cama de Metchild solo entraban ella y
Manolo.
Ella pretendía llevar
a Manolo al catre sin más, deseaba que la cubriera con todo su cuerpo y le
hiciera viajar por el camino de la lujuria y del placer, para calmar todo ese
fuego que llevaba soportando desde hacía ya unos meses, y comprobar en la
distancia corta como olía, como besaba y como amaba, además de otros matices
que ella se guardaba para muy adentro.
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