Me detengo en tu terraza,
juego con la templanza.
Llego cansado, con ganas
me mimes y me hagas
Sorpresa, no es ver tus ramas.
Cerrando los ojos descansa,
a eso le llaman; desgana,
confundido de esperanzas.
La imaginación es escasa,
en ella intuyen las ansias,
viendo las candelas
que lucen tu mirada.
Luceros derrochan miradas,
son tus ojos que tropiezan,
queman, calcinan y escaldan.
Cediendo el ritmo que marcas.
Si el intuirte así es pecado,
confieso mi sueño manchado.
Impolutos los tropiezos,
deslices y malos pasos.
Al estar el hechizo lejano,
es como si no sintiera pasmo,
vivir con alegría y escarnio.
Morir con la pena, despacio.
En tu terrado arraigado,
no suspiro por tu canto.
Éste no es mío, es prestado.
Lo necesito y asumo arrendado
1 comentarios:
Bellísimo, escrito con ese sentimiento que llega al alma.
Lili
Publicar un comentario