sábado, 27 de agosto de 2011

Diálogos con el Trance



Paseo frente a ti

y, no quieres saludar,

no aspiras galanteos.

Rechazando intimar.



Te haces el despistado,

sin quererte inclinar,

quizás no sea el momento,

ni tampoco el lugar.



No aceptas proposiciones,

nunca deseas pensar,

profundamente prorrogas,

viajar a mi solar.



Vengo sola y sosegada,

de momento tú no has.

No te olvides por si acaso,

he de venirte a encontrar.



Habrás de aguardar tu viaje,

como los hijos de Adán.

Visito más no imaginas,

quien me acompañará.




A la sombra de los arcos,

del Casino Montañés,

en la glorieta y los porches

te veo tomar café.



Tallado perfecto el dintel,

se divisan por doquier,

son del Liceo del Pueblo,

donde vamos a beber



Ya no ciño tan de oscuro,

como antes perpetué.

Cabello pintado de claro,

para poder convencer.



El sol cae al desnudo,

en tu espalda y en tu tez,

quemas como las brasas.

Cetrino de piel y miel.



Hace siglos no me quemo,

debe ser por el estrés.

Dicen del cielo divino,

en el infierno no sé.



Es un terreno silente,

de reposo y oración,

dónde dejan los extintos.

Eso te lo juro, yo.



¿Interrumpo tu descanso?

¡No! ¡Qué dices! ¿Por qué?

Me ha parecido soñabas,

con antaño…. del ayer.



Estaba gastando mi rato,

antes de tu aparecer,

más como llegaste,

veremos amanecer.



Ha; mucho que esperas.

¡Me has venido a buscar!

Para nada, ni te ofendas,

contigo aún no será.



Es encuentro planeado,

será la casualidad.

¡No! He venido sin idea,

por pura curiosidad.



Porque me preguntas eso,

cuando me conoces tan.

A veces quiero engañarme,

a pesar de aquel refrán.



. Fue un placer expulsar,

quitar de tu garganta esa parte,

que atragantaba el gaznate.

Impidiendo respirar.



Di la verdad y no finjas,

que no va con tu entidad.

Si he de morirme ahora,

dilo con tranquilidad.



Cuando venga a recogerte,

vas a querer retrasar,

esa partida que sabes,

algún día ha de llegar.



Por el momento existe,

disfruta y no pienses más.

Los días de festejo acaban,

los ruines ya vendrán.



Sin falta apareceré,

redundante sin avisar.

Luciendo invisible rastro,

para llevarte sin más.



Tumba silente, catacumba fría,

no se percibe ni la brisa.

¿Es tan serio, estar muerto?

Nadie habla, eso es cierto.



Ese itinerario que llamas trayecto,

¿Es un paseo? ¿Quizás es proyecto?

Viniste a por mí, dejando prospecto,

te pareció pronto, quedó en suspenso.



Cuando venga a invitarte,

vas a intentar prorrogar,

el periodo de caduco,

sin poderlo reclamar.



Soy la de siempre. Expiración,

aunque vaya acicalada,

con perfumes y loción.

Siempre llego a deshoras,

por ser la defunción.





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