Dejo mis ojos libres y se van a la ventana,
nadie les manda, ellos se bastan,
será que el deseo los cría, los lacta.
Buscando milagros, que tardan
Tras esas gafas impías,
viven mis ojos, muestran la vida.
Si me las quito dejo de ver,
descanso la vista ignoro manías.
A veces pretendo mirar tu sonrisa,
ahora no ríes, ya no tienes prisa.
Será; que me quedo sin vista,
quizás no te veo, aunque yo insista.
Tras esa mirada desde la cornisa,
retorna un dibujo, palpable de espinas,
Los años que agencio ya son profusos.
Diseñan proyectos leves y confusos.
Si miro hacia atrás, veo más desdichas,
conflictos, justicias que no están inscritas.
Por ello le pido al paraíso de mi vista,
que me deje como estoy. ¡Virgencita, virgencita!
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