Es una tradición que data desde hace infinidad de lustros, que año tras otro, una joven de la villa, sea proclamada Reina de las Fiestas y otra señorita, Damisela Especial, con rango de reinado de la Peña Taurina. Los jóvenes de la población eligen quien debe ser la Reina de las fiestas Patronales y sus respectivas Damas de Honor. Las familias de las agraciadas hacen grandes dispendios en la adquisición de los elegantes vestidos de tiros largos que portan con ilusión las agraciadas. Normalmente utilizan atavío diferente para cada acto presidido por la Regente y sus damas acompañantes, que también son jóvenes elegidas por la muchachada que está dentro de la leva. ( Nacidos en el mismo año. )
Ante cientos de parroquianos y de visitantes que llenan la plaza, se hace el tradicional relevo para el mandato. La Soberana saliente entrega el Cetro a la nueva representante, que con suficiencia detentará durante todo un año con el orgullo y el honor que le han dispensado sus amigos vecinos y conocidos.
Llegan las carrozas engalanadas con grandes decoros, que recorren las calles del pueblo portando a sus damas de honor y en el sillón principal, la Reina observa como sus damiselas, brindan caramelos a los que abstraidos las ven pasar. Ante ese gran espectáculo, desfila la Banda Oficial de músicos de la Comarca que ameniza con pasodobles y música pertinente el paso de la comparsa.
Los retrasos son comprensibles dada la admiración que promueve todo este festejo, que se repite desde quien sabe cuando y que los habitantes de la población disfrutan con alegría. Los turistas quedan prendados de la sencillez y a la vez devoción que se le presta a esta Comitiva.
No podemos olvidar la carroza de la Dama Taurina, que en este año lucía nuevo diseño y se hacía notar desde lejos el nuevo gusto de su presidenta, que hace y pone de su parte todo cuanto sea necesario para el lucimiento de su Entidad.
A pesar del calor y de la incomodidad de esperar a las carrozas en pié llenando la plaza, el gentío se aglutina aguardando la llegada de la procesión. Cuando escuchan el sonido de las trompetas, clarines y bombos de la banda municipal, rompen en un aplauso estruendoso. Apareciendo el fulgor de tan apreciada tradición.
Las autoridades, esperan vestidos con sus galas y con sus bandas a tan insignes personas para darles la bienvenida y agasajarlas con ramos de flores y con el boato especial que les corresponde.
Valderrobres, agosto de 2011
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