Se había acabado una carrera de más o menos doscientas horas, los participantes, mujeres y hombres el lugar una ciudad catalana del Vallés. Sabadell. Las ganas todas, los esfuerzos dependía de cada cual, pero la confianza y el desarroyo de los acontecimientos ejemplar. Por no aburrir no daremos datos pero deciros que lo pasamos genial, vinimos los que pudimos, nos quedamos los que quisimos y acabamos los que aguantamos. Sólo hace falta mirar la foto para ver que el tiramisú que devorábamos era de chocolate y que a ver quien era el valiente que dijera : que no podía comer, ni siquiera un poquito. No os he de descubrir el genio que gastan las mujeres en tanto en cuanto, se trate de no saborear un pastel hecho por ellas. Como refiero en estas líneas, sirvan para dar un agradecimiento a la Instructora, que es la que más feliz se ve en la foto y la que más ganas tenía de finalizar con la instrucción. Al resto de amigos, enviarles un abrazo efusivo.
1 comentarios:
¡Cuanta razón!,y de tantas horas juntos,algo se habrá quedado. Tanto de lo instruido como de lo vivido.
Y afirmo que el tirasmisú fué sin duda uno de los momentos más dulces...
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