Nacida como un poeta.
En día y mes decembrino.
Ceremonial de los todos
querubín inocentino.
Era el año veintisiete
del pasado siglo espino,
chico caos sin acomodos,
y en aquel parto se vino.
Que después con muchos modos
fue una madre con gran tino.
Celebrando Todos Santos.
día de la inocentada.
Llegó llorando a su casa,
una niña sin espantos,
que naciendo y presentada.
Les dijo a todos ¡Que pasa!
No traigo quejas ni cantos.
Acerco pan y ensaimada
y por cierto y si acompasa
la memoro a cal y canto.
Nunca le dije bastante
lo mucho que la quería,
y en un frío ocho de enero
fecha para mi importante.
La dicha nos partiría
con un dolor muy severo.
Se la llevó por delante,
y el daño nos rompería
dejando un hueco sendero
difícil y penetrante.
A menudo te recuerdo
por mínimo pensamiento.
Al perpetuar una frase,
o por un gesto disperso.
Por tu palabra, que siento,
y tú ocurrencia con clase.
De toda tu esencia inmerso,
notando tu voz, y aliento
que solo usan las madres.
Con talento y ojo izquierdo.
Allí donde estés me notas
y con seguridad me palpas,
aunque no pueda tocarte
notorio tacto, me acotas.
siento amparo por mis culpas
por tu persuasión sentirte.
Al pedir consejo trotas,
sí descarrilo me amparas,
siendo preciso, compartes,
y siempre, siempre me arropas.
Madre, no puedo olvidarte.
A Carmen, que
me dio la vida.
El día 28 de
diciembre, cumpliría
97 años. Un
beso mama.
Carmen con su nieto. |
1 comentarios:
Muy bonito. Esa fue la última foto que nos hicimos juntos... Recuerdo que me dijo vamos hacernos la foto para que nos vea tu padre.😘
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