jueves, 1 de agosto de 2024

Un café entre cristales.

 











Aquí desde la atalaya

del famoso Casalduc,

junto al cristal que amuralla

desde una sobrada altura.

Con mi riesgo; el de soñar,

veo el cruce principal,

con el calor que me apresa

en verano primordial.

Dejando leyenda impresa

y poesía cordial.

 

Cavilo mientras consumo

un café prieto con hielo,

que disfruto y bien asumo

con la española que es cielo,

oblea, que yo desplumo.

Por mi gusto y paladeo.

Se repite y no me abrumo,

en el lugar regodeo,

por redundar otra vez,

y en esa altura, me veo.

 

Viendo en mi esquina mudez,

disfrutando de ese quicio.

Treinta y tres; que ya pasaron,

y en todos aparecido.

A disfrutar del verano,

En Valderrobres querido,

recordando los momentos,

compartido con amigos.

Algunos que ya no están,

como el tiempo, han sucumbido.

 

Otros que aún permanecen,

sin que el tiempo los derrote,

hacen de vida estandarte.

Para recordarme a mí,

Que Valderrobres, es parte

de mi recuerdo, y vivir.

Pedazo de mi experiencia,

de trozos de lo que escribo,

de narración sin estribos

y lírica que asumir.

 

Al pueblo que yo venero,

dedico el mejor esfuerzo

y en mi atalaya concentro,

todo brío y energía.

Que desde aquí te dedico,

indicando cual vigía.

A treinta y uno de julio,

Desde el café centinela.

La Jungla azul. La del cruce,

lo rubrico y se sazona.

 

Se me ha escapado el verano

y fantasías completas.

De entre mis manos abiertas

y de alegrías repletas.

Que comparo con sus fiestas

y son del alma. Selectas.





fecha: 01 de agosto 2024
Desde la Cafetería Casalduc
en Valderrobres,

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