viernes, 23 de febrero de 2024

Miedos en la madrugada.

 



Volvía del hospital de la Ronda. Más tranquilo y despejado. Toda aquella tarde la había gastado en la primera planta de recuperación posoperatoria. Su padre estaba recién intervenido de un nódulo en el bajo abdomen y según la opinión del equipo médico, se recuperaría sin problemas.

En cuanto a los sucesos sociales del tiempo, a pesar de estar revueltos, nadie sospechaba que aquel día de febrero, sería singular y quedaría para los anales en el tiempo futuro. Ningún humano hubiese descubierto en aquel instante que iba a darse un ruido escandaloso de espadas y de detonaciones por disparos, en un lugar tan sagrado.

Si que era verdad, que en el panorama ciudadano había diferencias muy peliagudas, importantes por complejas entre los políticos nacionales. Como siempre, los representantes en el Congreso, discutiendo por temas que son ajenos a algunos habitantes despreocupados del pueblo y particularmente, como es costumbre beneficiosos para según que estadistas gubernativos y sus partidos.

 

En esa fecha se iniciaba por ampliación de trabajo un nuevo horario en la empresa a la que pertenecía. Inaugurando más servicios para aprovechar más las instalaciones telemáticas del centro de cálculo de la firma que los tenía empleados.

El tercer turno. Una ampliación de la franja de producción. Desde las diez de la noche a las seis de la madrugada.

Lo inauguraba Spencer Bronx con su compañero de trabajo, Manfred Fernelhousse al que conocía desde hacía unos años y procuraba no entrar en su juego. Un joven especial, por su gestión un tanto irreal que soportaba demasiadas presiones y miedos de sitios inimaginables. Delicado de salud, y bastante irascible cuando le dabas una opinión desigual, en lo referente al equipo de futbol de sus amores.

 

Antes de partir para su puesto de trabajo y recién llegado de la visita hospitalaria, conectó con la cadena de televisión donde se exponían todas las noticias nacionales y se quedó expectante porque en lugar de ofrecer el espacio habitual, emitían música clásica de la tétrica.

En uno de los instantes de la cena, alguien le llamó por teléfono a Spencer y le informó que pusiera la emisora de radio, que algo gordo había sucedido.

Un asalto al Capitolio de la política nacional. Un militar acompañado por su regimiento había entrado a la fuerza en el anfiteatro violando todas las formas de educación, haciéndose con la atención de los asustados congresistas. A base de mil disparos al aire, amedrentando a gran parte de los supuestos héroes valerosos representantes del país.

Pocos sabían que hacer en aquellos instantes de incerteza y de violencia, sin embargo, Spencer no podía dejar de asistir al centro de trabajo a cumplir con su obligación, ya que nadie les había dado noticias de lo que estaba sucediendo y suponer personalmente actos que no se sabía por donde podían transcurrir, era demasiado atrevido y cuando menos complicado.

Arrancó su Break y se dirigió sin demasiadas complicaciones hasta el aparcadero de los talleres y allí estaba fundido de miedo Manfred, que le proponía a Spencer dejar libre aquella noche y comenzar cuando supieran que las cosas se habían serenado.

Arrancaron la cadena de producción escuchando los transistores y haciendo sus descansos poniendo atención al paseo militar de los carros de combate que transitaban por según que ciudades del país. Detalles que los escuchantes se enteraban porque una de las emisoras de radio no desconectó su emisión y sin que los golpistas supieran se iban dando algunas de las referencias de lo ocurrido.

A media noche, sobre las tres de la madrugada, cuando todo estaba incandescente, al ínclito de Manfred Fernelhousse, le entró mucho miedo y después de tomarse el bocadillo y el yogurt que llevaba como tentempié para pasar el horario de trabajo abandonó el obrador, dejando solo a Spencer Bronx, que finalizó con su horario llegando a casa, a dormir y descansar de aquella noche de sables y galones.

Durmió por espacio de ocho horas, y al despertar, su esposa le dijo que todo había acabado, que el mandamás de la nación había dado instrucciones por todas las cadenas de comunicación del país, y todos los golpistas, abandonaron la postura y fueron apresados.

Volviendo gracias a Dios, la normalidad en las vidas de las gentes y triunfando la democracia.



Recuerdos y efemérides
23 de febrero de 2024
autor: Emilio Moreno


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