En ese paraíso vivió John Garret, que huyó del territorio en los años
setenta tras unas fechorías difíciles agraviando a la cerrada comunidad. Hecho
inconcebible en un lugar donde no hay propiedades personales y casi todo se
comparte. Lugar donde no se venden terrenos a nadie porque la isla es
comunitaria. No se cierran las puertas de las casas y todo es factible entre la
vecindad.
Garret estaba casado con Gisela Mirror, descendiente en su profunda lejanía
de la saga de los Bonaparte; llegados a Santa Helena, por la condena de uno de
sus miembros y en evitación pudiera regresar a Francia.
Estando recluido en el presidio de la isla Helénica y a pesar de la gran
distancia existente entre esa isla y Tristán de Acuña, el amor es inevitable
entre los humanos.
En uno de los largos viajes que hacían las respetables jovencitas y señoras
de Tristán, a la isla del presidio militar, por motivos de supervivencia, y
evolución generacional. Con el consabido trueque de alimentos, de
artesanía y aperos de pesca, donde pasaban grandes temporadas por esperar a que
otro velero o embarcación las pudiera regresar a sus residencias, interactuaban
con las personas del pueblo Helénico. Lugar que siendo muy lejano tenían que
visitar y estacionar sin remedio. Por ser el asentamiento más próximo habitable
de donde ellas habían nacido.
Con lo que era fácil que ya en el siglo XVIII, siendo jóvenes y estando
fuera de sus casas, se enamoraran, se relacionaran y mantuvieran estrechas
relaciones. Entrando en contacto amable, con civiles y militares o
familiares de los castrenses encarcelados o residentes en aquella zona. A
sabiendas y evitando la endogamia existente en Tristán.
Siendo Mildred una de las bisabuelas de Gisela, la que frecuentó la cama de
la casta francesa a escondidas, llegando preñada a Tristán de Acuña, ya
inseminada por algún miembro de aquella familia original de Córcega. Después de
haber recibido atenciones y caricias de los napoleones. Detalle que disimuló
casándose con un tal Lancáster hijo y nacido en su misma isla
De Ahí que su ADN y su correspondencia de cromosomas, coincidieran con la
casta del gran estadista francés.
John y Gisela eran primos y además habían contraído matrimonio, aunque la
ingesta de whisky por parte del esposo hacía inviable la convivencia marital.
Cometiendo adulterio con la hermana de su esposa, que a la vez era prima por
parte de la familia del padre y de la madre.
Detalles que en la estructura familiar no eran admitidos y tuvieron que
salir huyendo de la isla, en uno de los barcos balleneros que recalaron en la
misma, a finales del año mil novecientos setenta y nueve, con destino a Sud
África.
Aquel secreto tan tenebroso no hubo manera de poder ocultarlo. Era un
dilema del que no podían sustraerse. Sumado a la maldición que le habían
echado las bujas del islote, por creer que su sangre descendía del malvado
Bonaparte y no congeniaba con la casta serena y edificante de los nacidos en
Tristán.
Se amoldaron a la vida del continente y pasaron los años, sin que nadie del
archipiélago supiera nada de John, esposo de Gisela y amancebado con la hermana
de la misma, la bella Marriot. Sin noticias, hasta que Marriot, fue destacada
en la prensa británica por un asesinato brutal con desmembramientos
mínimos del cuerpo de un hombre desconocido.
Por los rastros, despojos y las investigaciones mínimas realizadas en aquel
tiempo por la Scotlant Yard, se creyó que los míseros guijos humanos hallados correspondían
al cuerpo de John Garret que, a la vez de ser su cuñado, primo cercano, y
amante, jamás lo volvieron a ver con y; sin vida.
Dicen los historiadores que Tristán de
Acuña, es la isla más remota conocida. Sita en el bajo Atlántico; entre dos
continentes. África y Sud América. Es un territorio montañoso y volcánico, que
emerge de entre el mar. En una latitud, poco frecuentada por barcos y
visitantes. Radicada en el centro del océano. El punto o la sociedad humana más
cercana está al norte, y es Santa Helena. (Donde estuvo preso y murió Napoleón
Bonaparte).
Para llegar ahí, se han de recorrer más
de dos mil ciento setenta y tres millas náuticas y si pretendes
llegar a las costas de América, arribar a la Argentina, se han de superar o
navegar tres mil kilómetros o casi mil seiscientas veinte millas marinas.
Su capital es Edimburgo de los siete
Mares y es una colonia inglesa. Donde normalmente conoces a tu pareja antes
incluso, de enamorarte, relacionarte y tratar de conquistarla sin ni siquiera
pensar que has de casarte. Es un lugar endogámico, constituyéndose la
zona como una dependencia de la ya mencionada Santa Helena.
Según cuentan los pobladores y
refrendan sus leyes, no admiten a cualquiera que llegue con intención de
empadronarse, sin haber pasado por el filtro de la comunidad y aprueben su residencia
definitiva.
Febrero 2024
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