En tu ausencia, persigo tu
sonido
que unido a la distancia
de tu estampa
se enerva mi pasión y
así se escampa
mi placer y deseo tan
sufrido.
Tu rumor llega y de
pronto se ha ido,
huyendo de verdad, haciendo
trampa,
y en desnivel contigo,
uso tu rampa,
confundiendo el murmullo,
con mi ruido.
Diría dos mil cosas,
consonantes,
afines a la huida del
susurro,
de tu figura y cuerpo tan
distantes.
Quedándome apenado, y si
recurro.
Es fácil evitar; sin que me achantes
con mis ideas, propias de un cazurro.
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