Nos
gusta. Presumir a todos, sin más fundamento.
Lo
que importa más, es figurar. Aunque no haya causa.
Debe
ser mal endémico, y la vanidad; una excusa,
usada
en fines poco humanos, que traen su lamento.
La
cuestión es estar en onda, en su justo momento,
que
critiquen para el mal, o para el bien. Ya no se usa
la
probidad, el qué dirán. La moral ciencia infusa.
Esto
es un chollo. Ser descarado por reglamento.
Creer
en algo por ser ingenuo. Ni es, ni lo frecuento,
En
redes, leo lo que publicas; y eso te acusa
de
gran artista. De lo incunable, de ser la musa.
Con
esas trazas las que limitas, por gran invento.
Mi
deseo espontáneo, lo cifro al ciento por ciento,
procuro
ser fiel a mis principios; mi luz me acusa,
cada
vez que me paso en vanidad; ella me pausa
riñendo
a mi jactancia, y obviando lo que no ostento.
Acepto
los reproches que me canaliza el viento,
la
brisa temporal que saca nuestra voz intrusa,
presunción
que llevamos todos tenue y difusa.
Rezo a menudo, por ser más normal, formal y atento.
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