La verbena concluyó,
entre tu risa y mi ausencia
con los ruidos de sentencia,
me quedé sin tu presencia
y mi ser se diluyó.
Cuesta tener resistencia,
sin tu poder, que ocluyó,
siendo fuerte lo arroyó,
y acudiendo le afluyó.
Sabiendo de tu advertencia.
Tu dulzura me rayó
por no tener elocuencia,
de tal modo destruyó
mi poca gracia y mi ciencia.
Y ahora; ya ni soy yo,
porque no tengo conciencia.
0 comentarios:
Publicar un comentario