viernes, 5 de mayo de 2023

La suerte, no existe.

 









 

 



Más que un mar nos separa ¡Ella vive!

Mucho más lejos, que el cielo distante,

solo en sueños, la veo y es causante,

inalcanzable y por fuerza proscribe.

 

Reparte a placer, su gloria en declive

no siempre lo merece y, no es constante.

Es caprichosa, y es tan exultante,

que todos pretendemos, nos cautive.

 

Es mujer, como todo lo proclive,

delicada y concisa, muy amante,

si te palpa te embriaga, delirante.

Hembra difusa con dulzor y estribe

 

Cuando la catan, su néctar concibe,

y a los dichosos con onda inquietante,

los apasiona, por su luz flotante.

Es gloria que refleja y así, inhibe.

 

Ni es fama, ni es la estrella, ni percibe,

donde recala, existe dimanante.

La llaman suerte, debe ser mutante.

Recalando con los que bien convive.

 

En el alma, la noto, se describe

aunque no me acompaña muy constante

diría de ella que; es muy irritante,

caprichosa, engreída, y se exhibe.

















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