Más que un
mar nos separa ¡Ella vive!
Mucho más
lejos, que el cielo distante,
solo en
sueños, la veo y es causante,
inalcanzable y por fuerza proscribe.
Reparte a
placer, su gloria en declive
no siempre lo
merece y, no es constante.
Es
caprichosa, y es tan exultante,
que todos
pretendemos, nos cautive.
Es mujer,
como todo lo proclive,
delicada y
concisa, muy amante,
si te palpa
te embriaga, delirante.
Hembra
difusa con dulzor y estribe
Cuando la catan,
su néctar concibe,
y a los dichosos
con onda inquietante,
los apasiona,
por su luz flotante.
Es gloria
que refleja y así, inhibe.
Ni es fama,
ni es la estrella, ni percibe,
donde
recala, existe dimanante.
La llaman suerte,
debe ser mutante.
Recalando
con los que bien convive.
En el alma,
la noto, se describe
aunque no
me acompaña muy constante
diría de
ella que; es muy irritante,
caprichosa,
engreída, y se exhibe.
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